ATASA, la Asociación Profesional de Sociedades de Valoración, celebra sus 40 años

El acto, organizado por Alia Tasaciones y dirigido por su consejero delegado, Lluís Candela, fue inaugurado por Marián Cano, consellera d’Innovació, Indústria, Comerc i Turisme de la Comunitat Valenciana. Contó también con la intervención magistral del profesor Manuel Alcázar, de la Universidad de Jaén, que disertó sobre el papel de las sociedades de tasación en relación con el valor catastral, el valor de referencia y el valor hipotecario.

Igualmente, Teodosio Cayo, actual presidente de la UPAV (Unión Panamericana de Asociaciones de Valoración), destacó la apertura extramuros de la Unión Panamericana, entre otros gracias al importante papel internacional de ATASA, que precisamente presidirá la UPAV en el bienio 2027-2028.

El presidente de ATASA, José María Basáñez, agradeció a los asistentes, a todos los asociados de ATASA y a todas las sociedades de tasación su compromiso, excelencia y profesionalidad en el ámbito de la valoración.

Leandro Escobar, secretario general de ATASA, también se dirigió a los presentes, para agradecer la constante colaboración sectorial durante estos primeros cuarenta años, y deseando que las generaciones que están por venir sigan fomentando el sector durante al menos cuarenta más.

Cerró el acto el alcalde de Altea, Diego Zaragozí, que agradeció a ATASA haber elegido Altea para la celebración, y en particular a Alia Tasaciones por su excelente organización de los actos conmemorativos del aniversario.

El evento, que pone en valor la trayectoria y el compromiso de ATASA con la profesionalización del sector de la valoración, constituyó un espacio de reflexión sobre los retos y oportunidades de la actividad valoradora en un contexto económico en constante evolución.

En el marco de esta celebración, el jueves 06 de febrero ATASA también celebró en Altea reunión de su Asamblea General, en la que se abordaron temas clave para el futuro del sector y se reforzó el compromiso de la asociación con la excelencia y el rigor en los procesos de valoración. También hubo tiempo para que los asistentes disfrutaran de la historia, la arquitectura, la gastronomía y, por supuesto, del mar, en su visita a Altea.