Este artículo -como reza su título claramente- está fallido. Dicho de otra manera: es un artículo chungo.
En un principio, al opinador, al tertuliano de turno se le debería exigir un mínimo de conocimiento sobre la materia a tratar.
Convengamos en que una buena dosis de documentación sobre el tema parece básico para provocar en el lector (en el caso de comunicación escrita) unos instantes de reflexión que le asista para una posterior toma de posición en referencia a la cuestión planteada por el autor.
La realidad, sin embargo, es otra muy distinta, así en general. Me considero un empedernido y habitual lector de artículos de fondo que aparecen en toda la prensa generalista del país y un constante oyente de tertulias radiofónicas... y, aun por encima, tengo la santa paciencia de tragarme, vía televisiva, diversos espacios convertidos en aparentes “mesas redondas”, desde las cuales, unas cuantas ánimas humanas que, sin un ápice de modestia y un menos de vergüenza, vomitan todo tipo de comentarios sobre temas de mas o menos actualidad sin tener ni pajolera idea de la cuestión debatida públicamente. No necesitan documentarse (poseen suficientes recursos argumentales innatos, por lo que se ve...) ni, tan solo, ser conocedores básicos sobre la enjundia de lo comentado.
Pues bien, hoy me he “contagiado de la citada actitud casi universal y me dispongo a escribir cuatro letras acerca de un tema que desconozco totalmente y por el que, además, no me siento nada interesado. : EUROVISIÓN.
Hasta hace muy pocos días creía que el primitivo macrofestival organizado y promovido por Eurovisión (Unión Europea de Radio y Televisión) había fallecido hace ya algunas décadas y que permanecía sepultado en el cementerio de los recuerdos. Ahora resulta que todavía colea y, no solo eso sino que además, es un fenómeno actual que causa conmoción en una considerable mayoría del pueblo español.
Quede claro que no he visto ninguna de las dos galas que se han inventado en TVE (en el marco incomparable de Benidorm) con el objetivo de de resolver la incógnita de qué persona o grupo musical representarán a España en la próxima edición de dicho certamen; de hecho, ni me había enterado. El capítulo de este año (eso sí que lo sé) se debe celebrar en la capital del maravilloso Piamonte y más concretamente en su preciosa capital Torino.
Hace un par de días, antes de escribir este papel, los medios de comunicación, bajo un bombardeo de munición pesada, han recibido con avidez periodística y olfato de viejos sabuesos el resultado de las consiguientes votaciones finales. Resulta que se ha montado un pollo, un follón monumental, de dimensiones planetarias: parece que el sistema de votaciones, repartido, según me informan fuentes fidedignas, está creado a partir de votos “populares” (o sea, del personal televidente)y un “jurado” especializado...(en qué, lo ignoro).
Después de todo lo que he visto, leído y oído sobre tan magnífica y trascendente noticia la verdad es que no me enterado de nada. Puede que un servidor de ustedes sea algo más gilipollas de lo que, en un principio, habría creído; que ya era suficiente? El caso es que me he quedado in albis. ¿Qué ha pasado, exactamente? No lo sé; realmente, me importa un pepino, que quede claro. ¿La canción de las “tetas” es machista, feminista o todo lo contrario? ¿La cosa esta de enseñar pechos (de señoras, creo) por la calle se considera abusiva, brutal, esperpéntica, natural, espontánea? ¿Por qué? ¿Se incluye el amamantamiento infantil o es puro erotismo clásico, de libro? ¿Las denominadas “Chungueiras”, o cómo diantres se llamen, son gallegas auténticas? ¿Qué canten en su lengua vernácula ofende, distrae, resquebraja la inamovible unidad de España? ¿Se las considera demasiado periféricas? ¿La Chanel ganadora (o eso parece) venía recomendada por algún alto cargo televisivo o algún político de derechas? ¿A alguna de las tres le ha salido triste la actuación?
Ahí dejo estos interrogantes. NO espero respuestas, ni se admiten valoraciones personales.
Sic transit Gloria Mundi.
