Armengol se reivindica en Año Nuevo

La presidenta del Govern, Francina Armengol, lanzó su mensaje de Año Nuevo con más retraso que de costumbre, pues habitualmente se difunde el día 30 de diciembre y no la misma Nochevieja. Y lo hizo para reivindicar su acción de gobierno “al lado de la gente, escuchando a todo el mundo, pero sobre todo a las personas que peor lo pasan”. Hizo un repaso de sus logros -renta social, facultad de medicina, lucha contra la precariedad- y sacó pecho por el crecimiento económico y la reducción del paro, que es básicamente lo mismo que hacía su predecesor en el Consolat de Mar. Entonces Armengol no valoraba como ahora el crecimiento económico, que calificaba de cifras macroeconómicas alejadas de la realidad. Y la caída en el número de desempleados tampoco era entonces nada de lo que enorgullecerse, como sí lo es ahora. Hay que felicitarse por este cambio en la percepción de la realidad económica de Balears.

El Govern puede y hace bien, exhibir sus mejoras en la atención sanitaria -sobre todo en Menorca, Eivissa y Formentera, con más servicios que antes obligaban a los pacientes a trasladarse-, así como la inversión en centros educativos -aunque la situación está lejos de poder ser calificada de aceptable-. También las Leyes de Igualdad y Fosas, aprobadas por unanimidad en el Parlament, dato objetivo que le faltó reconocer como gesto de generosidad.

Armengol colocó en el punto de mira el nuevo sistema de financiación autonómica, que reclama para 2017. Y en un exceso de optimismo -aunque en esto mejor pecar por exceso que por defecto- Armengol dijo que ahora la voz de Balears “se oye bien fuerte” gracias a las alianzas tejidas con Catalunya, Comunidad Valenciana e Islas Canarias. Por el bien de la autonomía balear, hay que desearle mucha suerte porque su acierto será el de Balears.

En definitiva, un resumen político del año reivindicando su Govern, pero obviando la crisis institucional que atraviesa el Parlament tras la expulsión de su presidenta de Podem Illes Balears, para la que no tuvo ni una sola referencia como hubiera aconsejado un mensaje institucional de Año Nuevo.