La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha clausurado este jueves el acto de homenaje al 40 aniversario de la Constitución que ha tenido lugar en el Palacio de la Almudaina y ha asegurado que la Carta Magna es actualmente el "antídoto más poderoso" contra la discordia. "El inmovilismo y la falta de determinación para reformar nuestra Carta Magna han agravado otros problemas que amenazan nuestra convivencia", ha afirmado Armengol. Ante un auditorio conformado por las principales autoridades de las islas, la presidenta ha abogado por "un nuevo pacto generacional que incorpore al consenso de 1978 a este 75 por ciento de los ciudadanos que no pudieron votar". "Lo que nos queda por hacer es reformar la Constitución 40 años después de su aprobación para adaptarla a las exigencias del siglo XXI pero, sobre todo, nos queda desarrollar el cuerpo de derechos constitucional para garantizar más progreso social", ha explicado.
En esta línea, ha asegurado que "el consenso de la ciudadanía fortaleció de la mejor manera posible a la sociedad" y convirtió el 6 de diciembre en "un día de fiesta y celebración a raíz del inicio de la modernización de la sociedad hace 40 años".
Asimismo, ha mencionado que las generaciones que han heredado la Carta Magna han crecido disfrutando de "la extensión de derechos, la aportación individual al bienestar colectivo, el compromiso de todos por la igualdad y la justicia económica y social", entre otras cuestiones.
"GARANTÍA DE CONVIVENCIA"
Por otro lado, ha señalado que "en estos tiempos en que hay gente que enciende el fuego de la discriminación, del enfrentamiento entre pueblos y lenguas hermanas, de la represión de libertades y del ataque a la diferencia", el país tiene "la mejor garantía de convivencia en la Constitución".
"En estos tiempos en los que han querido separarnos por la vía de construir una identidad de todos en la contraposición de símbolos y no a través de la integración de diversidades, la Constitución emerge como aval de nuestra riqueza como Estado plural", ha añadido.
También ha explicado que la discriminación por razones de sexo, orientación sexual, raza, origen o religión no está en la Constitución porque "la prosperidad democrática no se construye con enfrentamiento sino con generosidad y colaboración".
Pese a estos elogios, Armengol ha insistido en que "la Constitución es un recordatorio de todo lo que queda por hacer y de las lagunas de los objetivos que siguen sin cumplirse" y ha afirmado que "es necesario reformarla para adaptarla a las exigencias del siglo XXI y que se cumpla realmente toda la Carta Magna".
"RESPUESTA RÁPIDA Y CONTUNDENTE"
La presidenta también ha hecho referencia a la lucha contra la violencia de género y ha destacado que "la sociedad no se puede permitir perder ni una mujer más" y, para ello, "hay que dar una respuesta rápida y contundente a la indignación comprometida de los miles de mujeres y hombres que han salido a la calle para exigir que la igualdad sea una realidad".
A continuación, ha pedido que las leyes y políticas sirvan para "fomentar una mejor ocupación y combatir la precariedad" porque, según ha señalado, la Carta Magna "protege el derecho de todos a tener un lugar de trabajo digno, antes de que la reforma laboral alejase a los españoles de este objetivo".
Además, ha explicado que es necesario luchar por otros objetivos como "la subida del salario mínimo hasta los 900 euros al mes, las mejoras en cuestiones como el derecho a la vivienda, la protección del medio ambiente y del patrimonio natural, la protección del Estado de bienestar o la igualdad de derechos", entre otras cuestiones.
La presidenta ha señalado que "aunque haya gente que plantea la recentralización como solución, el Estado autonómico ha sido un éxito" y ha apuntado que "este orden territorial reclama un nuevo impulso para seguir acercando las decisiones, las soluciones y los servicios a la ciudadanía".
Finalmente, ha concluido con la firmeza de que "la estabilidad no aparece en la uniformidad ni en la ausencia de matices, sino en la pluralidad y el acuerdo desde la diferencia" y, por ello, ha defendido una reforma de la Constitución que permita "sostener el modelo de convivencia actual y que refuerce los derechos de los ciudadanos".