Armengol acepta el reto
jueves 23 de enero de 2014, 18:40h
La secretaria general del PSIB ha recogido el guante del sector crítico del partido, encabezado por Aina Calvo, y ha anunciado que los socialistas celebraran primarias abiertas para designar el cabeza de lista a la presidencia del Govern en las próximas autonómicas. Es lógico que todo aparato de partido prefiera un proceso cerrado a la militancia. Por eso Armengol no ha mostrado sus cartas hasta el último momento. Pero a la hora de la verdad ha quedado claro que la actual número uno tiene la suficiente confianza en su organización para dar este paso. Sabe que quien sea candidato saldrá muy reforzado ante la sociedad, que se ilusiona con esta exhibición de apertura y de dar paso a la democracia de base.
El PSIB tiene unos 3.000 miembros y son bastantes menos los que desarrollan una militancia activa. El proceso abierto implica que personas de talante progresista y sin carnet se inscriban en el censo electoral interno. Eso fuerza a este partido a un esfuerzo enorme que, al fin y al cabo, busca el compromiso de centenares de personas nuevas. Quien sale enriquecido es este partido.
Calvo se las prometía muy felices porque el proceso abierto le concede, en teoría, posibilidades de ganar. Tal vez se lleve una sorpresa, ya que la movilización del extenso aparato armengolista le puede reportar un gran reforzamiento al aparato. Y no sólo en la Part Forana. En Palma, dominada en principio por Calvo, habrá que ver qué resultados podría producir una maquinaria oficialista empleándose a fondo. Hay muchos segmentos sociales cargados de problemas en la capital que no quiren frivolidades ni guerras de bandería, sino soluciones para todos.
Viene un proceso apasionante desde un punto de vista político e informativo. Una primarias fuerzan a un debate sobre el modelo de sociedad que se trata de articular. Cabe recordar que el PSIB desarrolló su primera experiencia de proceso interno con el voto abierto a toda la militancia en 1998. El ganador fue Francesc Antich. Aquel año el PP llevaba quince años consecutivos en el poder desde los orígenes de la autonomía. El año siguiente hubo elecciones y Antich se convirtió en presidente contra todo pronóstico, derrotando por primera vez a Matas. Esta es la fuerza de las primarias: un partido monopoliza la precampaña electoral mientras los otros permanecen inactivos hasta el último momento. Unas primarias es salir disparado de la recta de salida mucho antes de los demás. Y por mucha pelea interna que haya, es una lección de democracia y de contraste de ideas y propuestas.