El número de licencias para abrir nuevas salas de juegos en Mallorca ha crecido un 58 por ciento en los últimos cinco años, según los datos de la Cámara de Comercio que publicada este lunes mallorcadiario.com. A estas aperturas hay que sumar la proliferación de páginas de juego en internet o casas de apuestas online, accesibles desde cualquier lugar a través de cualquier dispositivo.
Este aumento del oportunidades y facilidades para cursar apuestas ha discurrido en paralelo al aumento de las ludopatías. Es especialmente llamativo el repunte que estas adicciones ha tenido entre los más jóvenes, muchos de ellos menores de edad. Los especialistas en el tratamiento de estas dolencias apuntan al fácil acceso a los portales de internet y al laxo cumplimiento de las prohibiciones de edad en los salones recreativos. Se calcula que, en España, unos 450.000 niños de entre 11 y 16 años apuestan regularmente, lo que representa un número mayor al de los menores que consumen drogas, alcohol o tabaco.
En esta misma línea, responsables de las Unidades de Conductas Adictivas que dependen del IB-Saut, afirman que 1 de cada 4 pacientes a los que atienden son adictos al juego online. Y señalan la existencia de un nuevo perfil que hace 10 años no existía: el de los jóvenes de un nivel socio-cultural alto, con estudios superiores y que utilizan sus conocimientos sobre la actualidad deportiva para hacer apuestas.
La realidad dibuja un panorama preocupante y en constante evolución. Las casas de apuestas online destinaron a la publicidad de sus productos un total de 328 millones de euros sólo en España. El bombardeo que esta publicidad realiza sobre sus potenciales clientes tiene efectos devastadores, especialmente entre los más jóvenes. La imagen de conocidos deportistas o estrellas de los medios de comunicación anunciando las excelencias de las casas de apuestas suponen un impacto en la opinión pública que difícilmente puede ser contrarrestado.
Mientras tanto, las cifras empiezan a acercarse a números de epidemia y cabe tomar conciencia de las consecuencias que las ludopatías tienen en la salud de la sociedad, en los patrimonios y en las relaciones de familiares y amigos. Es necesario, pues, dar visibilidad al problema, de la misma manera que se hizo en su día con los efectos del tabaco -mediante las imágenes que aparecen en todas las cajetillas de cigarrillos-. También es necesario divulgar las consecuencias de las ludopatías de la misma manera que se ha hecho durante años con el consumo del alcohol y el cannabis, y, muy especialmente, exigir un estricto cumplimiento de las normas que regulan el acceso a salas de juegos y webs, con aplicación de sanciones si procede.