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Aprovechar el entrenamiento
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Aprovechar el entrenamiento

Por Marc Sansó Bauzà

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¿Alguna vez nos hemos parado a pensar cuántas horas entrenamos?

Trabajar con golfistas y en campos de golf me permite ver y observar a muchas personas entrenar este deporte. Siempre habrá alguien que lo practique, no importa el día o la hora, ni la edad, ni la relación que tienen con el golf, es decir, si lo practican por diversión, si son deportistas amateurs o bien son profesionales. La cuestión es que siempre hay alguien que practica y entrena, ya sea para mejorar el swing, la distancia, el back swing o la estrategia, o lo haga en el putting green, en el chipping green, en el campo de prácticas o en el campo. Algunos lo hacen con entrenadores/as y otros/as solos/as. Remarcar esto es importante, ya que el golf es un deporte en el que se entrenan muchas horas sin entrenador/a, y uno mismo debe ser capaz de autocorregirse y enfocarse en las cosas importantes, aunque no siempre sea así.

¿Alguna vez nos hemos parado a pensar cuántas horas entrenamos? La respuesta será diferente en función de nuestra relación con el golf: una persona profesional entrenará mucho más que una persona que practica golf por diversión, pero dentro de las condiciones de cada uno, se invierten muchas horas para mejorar. Y detrás de tantas horas de entrenamiento, más allá de la mejora que éste pueda proporcionar, está la creencia de que más es mejor. Ya hemos hablado en varias ocasiones de que esto no siempre es así. Vamos a reflexionar con la siguiente pregunta: estas horas invertidas, ¿son eficientes?

Para evitar mal entendidos, a lo largo de esta lectura definiremos como entrenamiento eficiente aquel en el que estamos concentrados al 100 % en los aspectos a trabajar y mejorar, y en el que se han marcado unos objetivos que guíen nuestro trabajo y nuestro foco (pueden ser físicos, técnicos, tácticos y/o psicológicos).

Tener esto en cuenta es importante, ya que muchas veces veo personas que entrenan y piensan que cuantas más bolas pegue, mejor. O bien entrenan sin ningún objetivo, como si la práctica, simplemente por practicar, hiciera el maestro. Y la práctica hace el maestro en las condiciones óptimas y con entrenamientos efectivos.

Para que el entrenamiento sea eficaz es muy importante tener objetivos, y además que estos cumplan ciertas características, ya que nos guían, nos motivan y nos ayudan a hacer balance de nuestra progresión y mejora. Además, hay que trabajar de tal forma que la cabeza no tenga un exceso de información y que no tenga que repartir mucho su foco atencional, ya que al esparcir el foco se pierde calidad.

Para que lo entendáis mejor, voy a poner un ejemplo de esto. Vamos a imaginar que tenemos que corregir nuestro swing y back swing con un hierro 7. Algunos de los errores que cometemos lo encontramos en el grip, en la rotación de cadera y hombros, en la subida, la apertura y con el cambio de peso después del golpe. Si yo pongo atención a todo esto durante un entrenamiento, ¿creéis que será eficiente el entrenamiento?

Si nos paramos a pensar, la respuesta seguramente será negativa, pero ¿cuántos de vosotros/as entrenáis con objetivos muy específicos y con un foco puesto en una mejora muy concreta?

Siguiendo con el ejemplo anterior podríamos dedicar 20 minutos a centrarnos única y exclusivamente en el grip, y una vez hayamos hecho y automatizado la mejora, podríamos introducir otro objetivo. Así, dedicamos todos nuestros recursos a una mejora concreta, y no nos dispersamos con posibles errores. Además, esto también ayuda a tolerar más los errores que se cometen en el proceso de mejora, ya que si nos centramos en todo lo que tenemos que mejorar siempre vamos a cometer muchos errores, porque la cabeza no puede con todo, provocando mayor frustración y desmotivación. En cambio, si nos centramos solo en una cosa reducimos los errores y los tiempos de mejora y automatización.

Cuando actuamos bajo presión sale el gesto que tenemos automatizado. Esto significa que, si en un torneo vuelve mi swing antiguo, es porque los cambios nuevos todavía no están automatizados, y esto es una parte que hay que aceptar. Que me salga el gesto en un entreno en el que estoy centrado al 100 % no significa que ya tenga automatizado el nuevo swing.

Y, para terminar, si buscamos mejora técnica no podemos buscar resultados, los resultados nunca deberían ser el objetivo principal (ya lo hemos comentado varias veces), pero mucho menos si buscamos correcciones técnicas, y entender esto os va a ahorrar muchas frustraciones.

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