El transcurso de poco más de dos semanas desde el siniestro acaecido en el buque de bandera italiana “SORRENTO”, operado por la compañía Acciona Trasmediterránea (que había sido sometido a una inspección M.O.U. en Valencia la semana anterior, con cero deficiencias, y consecuente ejercicio de abandono), permite a la Junta Directiva de la ASOCIACIÓN PATRONAL DE EMPRESARIOS DE ACTIVIDADES MARÍTIMAS (APEAM), realizar una valoración de la gestión de un accidente que, sin duda, hubiese podido terminar en tragedia humana y medioambiental, tal y como hemos visto en otros lugares y momentos (recientemente en Grecia/Italia, con más de 15 muertos y no se sabe cuántos desaparecidos).
Y esta valoración, debemos decirlo desde ahora, no puede ser sino muy positiva. Porque la forma en que se ha llevado a cabo la gestión del siniestro, desde un primer momento, ha permitido salvar vidas y evitar catástrofes. Un éxito fruto de la impecable actuación de las personas, entidades e instituciones que intervinieron en el auxilio, una gran mayoría de ellas con un punto en común: su estrecho vínculo con el mar balear. Como veremos, tuvieron la capacidad de reaccionar de forma profesional, responsable y sobre todo humana ante un siniestro para el que nunca se está preparado.
