El nuevo año que empieza hoy (feliz año para todos, por cierto) no parece que vaya a aclarar, al menos a corto plazo, el panorama político en el que nos encontramos.
La zona más movida está, para no variar, en la formación dirigida (todavía) por Pedro Sánchez. No parece que a muchos barones / baronesas les haya sentado muy bien la celebración del resultado de las elecciones y su calificación como algo histórico; pese a que, literalmente, era algo histórico: su peor resultado. Aunque claro, tampoco era para celebrarlo con esa efusividad (imagino que sería el alivio por temerse unos resultados aun peores)
La duda que le asalta al Partido Socialista es doble y tiene, poniéndose uno en su piel, muy difícil solución. Si apoyas a Rajoy (que es lo que creo que pretende Pablo Iglesias, para acabar políticamente con el PSOE) tus votantes menos "estadistas" no lo van a entender y, muy probablemente, busquen cobijo en opciones menos centristas, si quieren llamarlo así. Ahora bien, creo que pactar con PODEMOS (no entro ya en las otras formaciones que les harían falta para formar gobierno) sería un profundo error del PSOE, del que se arrepentirían más pronto que tarde. La cuestión es que, a buen seguro, cualquier pacto llevaría aparejada la adopción de numerosas medidas que el PSOE debería aceptar. La consecuencia sería doble: por un lado, al pactar, le estás diciendo a tus votantes que PODEMOS es una opción política plausible y tan moderada como el PSOE. Lo estás equiparando. Y eso, dado que su pasado político como formación es una hoja en blanco, les favorecería en futuras elecciones. La segunda sería que el Sr. Iglesias se apropiaría del mérito de las medidas sociales y vendería que él ha llevado la regeneración al PSOE.
Si alguien me pregunta, yo creo que Sánchez tiene clarísimo que quiere pactar con la izquierda. Se le ve a la legua. Ahora bien, los presidentes socialistas no parecen tan convencidos para él. El congreso que han tenido esta semana ha tenido que ser divertido, sobretodo con las intervenciones de Dña. Susana.
Entretanto, Mariano Rajoy ha propuesto una gran coalición y, por si las moscas, ya ha dejado caer que si hay nuevas elecciones se siente fuerte para presentarse, algo que igualmente me parece un profundo error. Le duela más o le duela menos, la culpa de que el PP haya perdido millones de votos la debe asumir quien dirige la nave y, según vimos en los debates, no parece que Soraya lo fuese a hacer peor que él.
Insisto en lo que dije la semana pasada: ahora mismo, veo muy probable que se celebren unas nuevas elecciones. Mejor no pensarlo
Disfruten de estos días