Año Nuevo

Lo reconozco. Formo parte del 67% de personas que han decidido cambiar hábitos este nuevo año. La mayoría de las estadísticas aseguran que ese impulso inicial, -que arranca con el efecto péndulo provocado por la sobredosis de azúcar, grasas y grados de las comilonas y cenas navideñas-, se irá desinflando a medida que pasen los meses, y en algunos casos, a medida que pasen los días. Retarse a uno mismo es muchas veces la mejor fórmula para deprimirse, ya que cuando fallamos al resto lo podemos disimular, remediar o incluso olvidar, esquivando simplemente a aquellas personas con las que nos hemos comprometido.Sin embargo, cuando nos fallamos a nosotros mismos hay dos caminos: la comprensión condescendiente hacia ese débil que llevamos dentro o el autoodio y la culpa que elevan el estrés y minan la autoestima.

S'ha acabat. Este año ni me voy a comprender, ni me voy a odiar. La dieta saludable, la sonrisa permanente, el deporte a diario y la bondad hacia el resto son mis grandes objetivos de este 2014. Lo más difícil será sin duda vencer la pereza ... y el hambre, porque buenos somos todos y si nos entrenamos, podemos llegar a ser extraordinarios. Ahora ando trabajando las motivaciones que me van a permitir que consiga perder peso y fibrarme el cuerpo tanto que duela a quien me toque, como cuando le apreté el brazo,- sólo el brazo -, a Rafael Nadal y tuve, entre otras cosas, una contusión. Qué momentazo.

Ustedes pensarán que son frivolidades y que quizá lo que tengamos que tener duro y exento de grasas sea el cerebro, y no les voy a quitar la razón. Pero me repatea el hígado,- obeso estos días -, pensar que me condeno a llegar a la vejez sin haber sabido qué se siente siendo una tía buena. Veo a Sara Carbonero a punto de parir al pequeño Martín,- al que doy la bienvenida -, y está mucho más sexy de lo que mis amigas o yo hemos sido o estado nunca. O a cincuentonas como Madonna, Sharon Stone o Julianne Moore,- mi favorita -, y están que se salen. Todo lo que me he propuesto a lo largo de la vida lo he conseguido, por mi esfuerzo o por agotamiento del contrario, así que esta simpleza no me va a desbancar en el ránquing de grandes logros. Si se suman al reto será más fácil para mi, y además ahora todo juega a nuestro favor. Podemos dar las gracias al gobierno que ha subido la luz un 78% los últimos cinco años, porque así, podemos aprovechar para calentar a pelo el cuerpo e incrementar de forma espectacular la quema de calorías. Por lo demás, ilusión, amor y tesón, que al final, son los mecanismos que provocan que generemos más endorfinas. Y como reza un proverbio de no se quién ni de no sé dónde y que repite Pablo, mi profesor favorito de indoor, lo importante no es lo que comemos entre Navidad y Reyes, si no lo que comemos entre Reyes y Navidad. Feliz Año. Inicio el calentamiento.