Es un perro mayor, con la dentadura en muy mal estado y lleva nueve meses encerrado en Son Reus. Su dueña está ingresada en una clínica y no renuncia a su entrega a otra persona. La Asociación Peluditos de Son Reus pide al Ayuntamiento un cambio en la normativa para que casos delicados como éste puedan ser asumidos por los voluntarios -incluídos gastos y atención veterinaria- y se garantice la devolución del animal a su legítimo propietario cuando esté en disposición.
Desde la asociación afirman a mallorcadiario.com que el frío y la humedad están pasando factura al animal, un macho de avanzada edad y tamaño pequeño. "Está deprimido, no puede comer cualquier cosa porque no tiene dientes y somos los voluntarios los que le tenemos que llevar latas", explican. Además, la falta de camas en el interior de los habitáculos hace que los animales tengan que dormir sobre el suelo mojado.
Los voluntarios son conscientes que la Ley marca muy claramente las líneas rojas y en los casos de propietario reconocido, es necesaria su firma para que la renuncia sea efectiva. "Por razones en las que no entramos, vemos que este caso se enquista y el animal sufre, y muchos de ellos acaban muriendo de pena".
Por ello, piden a la Regiduria de Benestar Animal un cambio en la normativa que facilite la salida en acogida de animales enfermos y/o mayores y que garantice su devolución por contrato a su propietario cuando se le dé el alta.
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