Este titular hizo fortuna cuando en las elecciones de 1996, con un PSOE hasta arriba de corrupción, gal, Roldan, BOE, Filesa y Malesa, el doberman y otras lindezas perdió con Felipe Glez (así lo escribía el añorado Umbral en la última de “el Mundo”, Cuando Pte. Según declaró el general Manglano pasó a ser pendiente en lugar de Presidente) pero esa es otra historia. Decía que el PP tenía que ganar por amplia goleada, como lo hizo en 2000 pero en 1996 apenas le sacó unos pocos escaños al PSOE con la moral y la guardia baja. Algo parecido ocurrió el pasado domingo, no se han cumplido las expectativas ni de uno ni de otro que se les atribuían.
El PP ha ganado claramente las elecciones pero gobernará el PSOE pues este último no se plegará a esa entelequia que es que gobierne la lista más votada, y el candidato que conseguirá, con nuestro dinero –no lo olvidemos nunca- más votos en la investidura será Sánchez-Castejón. Un hombre con más vidas que un gato.
Personalmente no vale la excusa, cualquiera que se ponga, para justificar o tratar de impedir que gobierne uno u otro, las reglas del juego las conocían perfectamente todos antes del partido y eran las mismas para todos.
Parece que los ciudadanos, descontentos con la política del premier en funciones Sánchez, le aplicamos un correctivo hace dos meses en las municipales y autonómicas, quizás cabría decir que pagaron justos por pecadores. Aunque ninguno de los presidentes depuestos era ningún santo, ni siquiera la nuestra que nos abandona por una poltrona en Madrid, en un claro ejercicio de deslealtad a los ciudadanos de este pequeño país; exactamente igual que todos sus predecesores a excepción de Cañellas y el insólito Soler. Donde pone la mano quiebra, vean su última aventura con ERC… igual además de un chaquetero es gafe.
Escribo desde el convencimiento de que los resultados giran alrededor de Vox y de las expectativas creadas por las empresas demoscópicas y obviamente de nosotros que nos las creímos.
El castigo a Vox no es casualidad, entiendo que la bajada en votos y escaños se debe esencialmente a su política de exigencia de cargos que no se merecía ni eran proporcionales al dictado de las urnas; eso ha calado en los votantes y junto con el discurso del miedo proclamado desde la izquierda han retraído ese voto. Tengo que decir que la foto electoral de Abascal cual miembro de Wagner no transmite serenidad sino todo lo contrario. Creo que se han equivocado groseramente en su política de pactos. Exigen lo que no merecen y por eso se les ha castigado. Supongo que Abascal asumirá responsabilidades políticas pues ha hundido a su partido por platos de lentejas en forma de moqueta.
España ha vuelto a un bipartidismo corregido que, si fuese Alemania y nosotros mucho más pragmáticos, se haría la gran coalición. Eso no pasará. Olvídenlo y no me lo tengan en cuenta. Nos falta madurez democrática, somos latinos e incapaces de poner sentido común en situaciones extraordinarias. Nadie ha recordado el comité de expertos del covid, que nunca existió y nos tuvo unos meses encerrados en casa. A veces pienso que los políticos creen que los ciudadanos somos tontos porque realmente lo somos. Sánchez no ha pagado ningún precio por las trolas dichas, especialmente durante el covid. No se investigarán las malversaciones que pudo haber en las compras de material sanitario. Todo habrá prescrito ya. Todo en conjunto es una pena de país.
En mi humilde opinión el pescado está vendido, Sánchez sacará nuestra chequera y firmará los pagarés que su bolsillo no puede atender pero el nuestro, a través de la deuda pública si y vamos por los dos billones y medio de euros, un pastizal, y les preguntará a ERC, PNV, Junts, Bildu, ¿cuánto se debe? Y nuestro particular Napoleón de Waterloo se pondrá estupendo pues en sus manos queda la gobernabilidad de España, que por paradójico que parezca España está en manos de un cobarde que se fugó en el maletero de un coche, y sucumbirá, como Napoleón, en Waterloo (recuerden la clave para entrar en la casa de citas en “la Colmena” del gran Cela).
La vida me ha enseñado que los problemas de dinero se arreglan con dinero y este lo es. El problema es que Sánchez pagará con dinero que no es suyo sino nuestro y yo, personalmente, no quiero que se lo gaste en Bildu, me repugna que lo haga, me da nauseas, aunque tenga toda la legitimidad de hacerlo pues será el presidente. Mantengo mi derecho a discrepar.
Ayer y hoy es cuando se dice eso tan manido de que el pueblo ha hablado, y yo añado que no le entiendo. No sé qué mensaje hemos querido enviar a nuestros políticos, sólo me queda clara una cosa, que una gran mayoría no quiere a Vox en las instituciones, y a la vista de su postura maximalista y de su aspiración a butacas yo tampoco les quiero en las instituciones. (A nivel local una política de Vox, una manda más, en dos meses ha colocado a una hermana y a un cuñado) uno por mes, ambos en Calviá.
Para acabar una cita del canciller Otto Von Bismarck: estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido. El día que deje de intentarlo, volverá a ser la vanguardia del mundo. AMÉN.