Director: Dexter Fletcher
Reparto: Peter Mullan, Antonia Thomas, Jason Flemyng, Freya Mavor
Tras una experiencia traumática en Afganistán, donde están a punto de perder la vida enrolados en el ejército escocés, los jóvenes Ally y David regresan a su ciudad natal, Edimburgo, para intentar reanudar su vida. Ally sale con Liz, la hermana de David y éste conoce Yvonne, una de las amigas enfermeras de su hermana, de la que se enamora. Mientras tanto, los padres de los hermanos David y Liz, preparan sus bodas de plata. 25 años de amor y felicidad, aunque también de momentos duros, que pueden irse al traste a causa de un secreto que el padre oculta desde hace décadas y que hace peligrar la unidad familiar.
Para que quede muy claro: “Amanece en Edimburgo” es un musical. Sin pompa ni circunstancia ni hipnóticas coreografías. Llamémoslo un musical “obrero”, que habla sobre gente común con problemas normales, centrados en sus relaciones amorosas, y que cantan en mitad de la calle, del hogar, del museo o del pub, coreados por transeúntes contagiados por la música. Y ahí, quizá, es donde radica su fuerza y encanto.
Alejado de la espectacularidad de “Moulin Rouge” o “Chicago”, éste es un musical que pertenece a una hornada menos efectista y más cercano a la realidad. Lo compararía quizá con la patria “El otro lado de la cama”, musical en tono de comedia del director Emilio Martínez-Lázaro que arrasó en taquilla en su estreno allá por el 2002.
La película recoge el éxito cosechado por su versión teatral que se estrenó en 2007 y que encandiló al público británico. El musical se basa las canciones de un único disco, el “Sunshine on Leith “, del famoso grupo escocés “The Proclaimers”. Sí, se trata de los gemelos Reid, aquellos hermanos de aspecto empollonil que allà por los años 80 nos contagiaron a todos su buen rollo con su tema más universal, el “I'm Gonna Be (500 Miles)”, que está latente en casi toda la película.
Las relaciones amorosas de las tres parejas protagonistas son el eje en el que se desarrolla la trama. El telón de fondo, la bella capital escocesa, Edimburgo, que es un protagonista más, junto a sus calles, pubs, plazas y gentes. El musical también deja entrever los tópicos más característicos de los escoceses, como su presunta tacañería, su amor por los pubs y su tirria a los ingleses. Todo ello tratado con cariño y mucho humor.
Os animo a ver esta encantadora película aún siendo consciente del recelo y desconfianza que producen los musicales entre muchos espectadores. Un reto que puede sorprenderos gratamente e incluso iniciaros en este maravilloso género.
PUNTUACIÓN: 7,5
Ángel Mirallas
@Ahemir