No comparto la preocupación que despierta la lesión de mediana gravedad de Culio, que deberá descansar durante el próximo mes o seis semanas. Pese a las expectativas generadas por su fichaje tras haber preferido al Zaragoza en enero del 2016, ni su participación en el conjunto aragonés fue tan importante, ni lo ha sido para el Mallorca en esta primera vuelta de la competición. Hace tiempo que dejó de ser un futbolista útil en la banda, donde brilló con el Deportivo y Las Palmas, para trasladarse a zonas más cómodas del campo.
Fernando Vázquez lo integró en una especie de “trivote”, con Juan Rodríguez a la diestra de Juan Domínguez y el argentino a la izquierda, no obstante su concurso no ha sido decisivo ni influido claramente en el rendimiento del bloque más allá de reconocer su buen golpeo en el lanzamiento de faltas o saques de esquina, una labor que puede desarrollar Moutinho, con la misma capacidad, y otros futbolistas de la plantilla. Este plantel está saturado de extremos ,Lago Jr. Brandon, Salomao, Roigé, e incluso Oscar Díaz y ahora James o Angel pueden moverse pegados al lateral, y tres de ellos también en la media punta. Lejos de eso, Culio no está para trotes muy largos ni cruentas batallas. El tiempo corre para todo el mundo.
Si me pusiera en la piel de Olaizola no estaría nada inquieto por la noticia en cuestión. Habitualmente nadie es imprescindible, salvo Messi antes que Cristiano, y mucho menos en el caso que traemos a colación. Todos suman, eso es verdad, y le deseamos una pronta recuperación, pero de ello a disparar la sirena de las alarmas, media no sólo un barranco, sino un verdadero abismo.
