Y es que el texto solo permite a una mujer abortar si su vida está en peligro cerrando la puerta a cualquier otro supuesto y estableciendo penas de hasta 99 años de cárcel para los médicos que practiquen la interrupción de un embarazo.
El proyecto ha salido adelante con 25 votos a favor y 6 en contra. El siguiente paso es que la gobernadora, Kay Ivey, lo ratifique