La entrada en vigor de la ordenanza municipal que prohíbe a bares y restaurantes los toldos y cerramientos en sus terrazas no deja de causar polémica.
Y es que la convivencia entre los intereses vecinales, los de los propietarios de bares y restaurantes y los políticos no son fáciles de hacer confluir en este caso.
Desde el Ayuntamiento hablan de “respetar la accesibilidad y visibilidad de nuestra ciudad”, los vecinos de “una puerta abierta a la convivencia entre restauradores y vecinos” mientras que los afectados por la medida auguran problemas: “Va a tener una repercusiones económicas muy importantes y sus consecuencias las empezaremos a ver esta semana que viene. Se van a perder empleos y va a afectar al consumo”, ha señalado, por ejemplo, el presidente de la Asociación de Distribuidores de Alimentación y Bebidas de Baleares, Tolo Servera.
Una medida que obliga, entre otras cosas, a desmontar y retirar las terrazas por la noche y volver a montarlas antes de reabrir el negocio.
Esta semana, mallorcadiario.com preguntó respecto a este último punto: “¿Le molesta que las terrazas de Palma queden montadas de noche?” y la mayoría de encuestados ha respondido que “No” (un 81,8 por cien) frente al 18,2 por cien restante que ha respondido “Sí”.