Cada año se detectan unos
3.000 nuevos tumores cerebrales en nuestro país, según los datos manejados por la Sociedad Española de Neurología (SEN), que informa de que bajo este término se engloba
más de 120 tipos dependiendo del lugar en el que se produzca, el tejido involucrado, o si se trata de un tumor benigno o maligno. Los más frecuentes en la edad infantil son los meduloblastomas y gliomas mientras que, en la edad adulta, son los meningiomas y los gliomas.
Con motivo de la Semana Internacional de los Tumores Cerebrales, que finaliza este próximo sábado, la SEN recuerda que
pueden aparecer a cualquier edad. “En la infancia presentan un pico entre los 5 y los 14 años y en los adultos la incidencia crece a partir de los 45 años. Se estima que los tumores cerebrales suponen el 2% del total de cánceres detectados en adultos, frente al 15-20% de los cánceres diagnosticados en niños menores de 15 años”, asegura la sociedad.
“El hecho de que los tumores cerebrales sean menos frecuentes que otros cánceres, hace que
exista un gran desconocimiento de esta enfermedad que, tanto en enfermos adultos como en niños, puede suponer una causa importante de discapacidad”, señala el doctor Francesc Graus Ribas, Coordinador del Grupo de Estudio de Neurooncología de la Sociedad Española de Neurología.
“El principal objetivo de conmemorar esta semana internacional debe ser el de sensibilizar a la población general y a la comunidad científica y asistencial sobre los tumores cerebrales, ya que no sólo
se necesita seguir avanzando en su conocimiento, sino que, tras el diagnóstico, los pacientes necesitan acceder a una serie de servicios que permitan ofrecer un tratamiento integrado y multidisciplinario. Y, en este sentido, es vital la colaboración de todos”, insiste.
Debido a la variedad de tipos de tumores cerebrales,
los síntomas son muy diversos. “Pese a ello, experimentar dolor de cabeza, visión borrosa, vómitos o nauseas, cambios en el estado de ánimo, problemas de equilibrio, debilidad muscular, crisis convulsivas o dificultad para tragar o hablar, suelen ser los síntomas más comunes”, afirma el doctor Graus.
“Además, hoy en día,
tampoco se conocen las causas por las que se puede desarrollar un tumor cerebral. Algunas investigaciones los relacionan con factores genéticos, traumatismos o a exposiciones a radiación o sustancias químicas, pero lo cierto es que, en el caso de los factores genéticos, aún no se ha descrito ningún gen implicado en su trasmisión -aunque sabemos que
enfermedades hereditarias, como la neurofibromatosis, presentan una tasa elevada de algunos tipos de tumor cerebral- y, en el caso del resto de factores, no se han obtenido resultados concluyentes”, explica el doctor Graus.
“En este sentido, se han publicado mucho sobre la incidencia que puede tener la utilización de
los teléfonos móviles en la aparición de tumores. Y pese a que algunos estudios han sido especialmente alarmantes en este sentido, todos los datos que se manejan actualmente no han podido confirmar esta relación”.
AVANCES
Paralelamente, y gracias a los avances de la cirugía, radioterapia y quimioterapia, “las tasas de supervivencia y de curación
han evolucionado muy favorablemente, hasta el punto de que algunos tipos de tumores llegan a tener una tasa de curación de más del 90%”.
No obstante, en tumores cerebrales prevalentes, como el meduloblastoma o los gliomas, los tratamientos actuales no garantizan la curación en muchos casos. “Hoy por hoy, el reto es
identificar en estos tumores los mecanismos de proliferación celular y ofrecer tratamientos específicos para interferir con estos mecanismos. En el glioblastoma, el tipo de glioma más maligno, se han concluido dos grandes ensayos clínicos multicéntricos para valorar el efecto de nuevos fármacos: bevacizumab y cilengitide y esperamos que los resultados se conozcan en los próximos años”, comenta el doctor Graus.