La Clínica Rotger acaba de poner en marcha una Unidad de Trastornos del Sueño, al frente de la cual se encuentra el doctor Fernando Ramos-Argüelles, especialista en Neurofisiología Clínica, quien asegura que el objetivo del nuevo servicio es ofrecer al paciente “un manejo integral de su problema, desde el diagnóstico al tratamiento y el seguimiento de cada caso, en colaboración con otros servicios del centro, como son Otorrinolaringología, Neurología y Medicina Interna. La derivación a la unidad corre a cargo del especialista o médico general, tras considerar que el paciente puede tener algún problema, por lo que debe ser sometido a una polisomnografía, En este sentido, como afirma el doctor Ramos-Argüelles, la unidad “será respetuosa con el médico que envíe al paciente, y que tal vez opte porque sea solo sometido a la polisomnografía, desarrollando él mismo el posterior tratamiento”. De todas formas, toda persona que acuda a la unidad debe realizar una serie de test para valorar la somnolencia y su estado de actividad. Posteriormente, se le realiza una prueba de polisomnografía para conocer la calidad del sueño. La polisomnografía, según explica el doctor Fernando Ramos-Argüelles, “consiste en observar una serie de constantes del paciente durante el sueño. Para ello se le cita en la clínica a las 9 de la noche, ya cenado, con el pijama y su almohada, algo que algunas personas consideran como indispensable para poder dormir”. Una vez en la unidad, se le coloca en una cama especial, con una serie de electrosensores externos adheridos a diferentes partes del cuerpo, que medirán una serie de variantes, como los seis que se colocan en la cabeza para medir la actividad cerebral del paciente. El objetivo no es otro que “estudiar las fases 1, 2, 3 y REM del sueño, fases que se van sucediendo ciclos, cinco o seis ciclos a lo largo de toda la noche. Sensores en piernas y mentón medirán la actividad muscular durante el sueño”. APNEA DEL SUEÑO La mayor parte de pacientes que acuden a la Unidad a realizarse una polisomnografía padecen o se sospecha que pueden padecer el síndrome de apneas o hipoapneas obstructivas del sueño, conocido por sus siglas SAHS, un “episodio repetido de obstrucción o colapso de la vía aérea superior mientras la persona duerme, lo que le provoca un colapso, bien mediante la reducción (hipoapnea) o bien mediante la detención completa (apnea) del flujo de aire hacia los pulmones”. La apnea del sueño, según recuerda el doctor Ramos-Argüelles, genera “riesgo de trastornos respiratorios y cardiovasculares: hipertensión arterial, arritmias, angina de pecho e infarto de miocardio o cerebral, además de los psicológicos e intelectuales, como dificultad de atención, concentración, depresión nerviosa o disminución de la libido”. De todas formas, las claves para una buena higiene del sueño pasan por desarrollar una serie de hábitos y rutinas y evitar otros que son contrarios al inicio del sueño, como llevar un horario regular, acostarse a la misma hora y levantarse a la misma hora aunque se haya dormido mal. La media de sueño que necesitan los seres humanos es de 6 a 10 horas diarias; realizar actividades durante el día; trabajar con luz, ya que inhibe una hormona, la melatonina, que induce al sueño; evitar la siesta y si se realiza, que no supere los 20 minutos; realizar una cena frugal y esperar 2 horas antes de ir a dormir, llevando a cabo actividades relajante como ver la televisión o leer un libro, nunca en la cama, y abandonar el ordenador, que emite un foco de luz directo a la cara que dificulta la activación de la melatonina.
