Hace años que las instituciones de gobierno de Baleares convirtieron el Monasterio de Lluch en Mallorca, lugar ancestral de devoción mallorquina donde se encuentra la patrona de Mallorca, la Virgen de Lluch, en una especie de centro de catalanidad a imitación del monasterio de Montserrat en Cataluña. Empezaron cambiando la tradicional toponimia mallorquina de "Lluch" por la catalana "Lluc", y posteriormente convirtieron el monasterio en escenario para todo tipo de actos en favor de los inexistentes "paises catalanes".
Uno de los pocos vestigios de mallorquinidad que se ha ido llevando a cabo desde hace 45 años, alejado de la politización catalanista, ha sido la caminata desde Palma a Lluch organizada por la entidad privada Grup Güell. Después de dos años intentándolo, el Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma, este año, han esgrimido como excusa la falta de entendimiento con la junta directiva del Grup Güell para organizar una "nueva" marcha a través de la Federación de Vecinos de Palma, a quien subvencionará con 25.000 euros, y que a su vez está dirigida por personas de extrema izquierda.
La intención de los nuevos organizadores es despojar de mallorquinidad la marcha para convertirla en una manifestación de la cultura catalana como ya han hecho con todas las manifestaciones culturales populares de Baleares.
ACTUA Baleares, si obtiene responsabilidad de gobierno en las próximas elecciones, se compromete a acabar con el catalanismo subvencionado que corrompe las manifestaciones culturales baleares.