Finalmente los marxaires que quieran podrán ir caminando desde el antiguo Bar Güell hasta el Santuari de Lluc. No será el primer sábado de agosto, como venía siendo tradicional desde 42 años atrás, sino que será una semana más tarde, el 13 de agosto. Tan pronto como saltó la noticia, el Consell de Mallorca, a quien la organización de la marcha había responsabilizado de su no celebración por motivos económicos, el presidente de la institución insular, Miquel Ensenyat, mantuvo una reunión con los responsables del Grup Güell y se comprometió a aportar la cantidad económica necesaria e incluso a ir un poco más allá, facilitando ayuda técnica con medios propios del Consell.
Las autoridades políticas están para solucionar problemas y evitar crearlos
Hay que celebrar que vaya a celebrarse una 43ª edición de la popular marcha pedestre nocturna y que no se vea frustrada una tradición tan arraigada por problemas económicos o burocráticos. Y que ello sea posible ha sido gracias al empeño personal del president Ensenyat, consciente de la importancia del asunto y hábil a la hora de sortear los obstáculos que hicieron que el Consell no pudiera tramitar la subvención al Grup Güell para llegar a tiempo, lo que hizo a los organizadores anunciar que tiraban la toalla.
Sea como sea, este es un ejemplo claro de que las autoridades políticas están para solucionar problemas y evitar crearlos. Ha bastado un impulso político del presidente de la máxima institución insular para asegurar un año más, la celebración de la Marxa des Güell a Lluc a Peu.