Los hechos ocurrieron este martes por la noche. Una empresa de seguridad alertaba a la Policía que varios intrusos habían entrado en dos viviendas de un edificio de cinco plantas, propiedad de un particular y que el mismo está en venta.
Los agentes se entrevistaron con el personal de seguridad y estos les informaron habían saltado las alarmas del primer y tercer piso.
Una vez en el lugar, comprobaron que la entrada estaba forzada, las puertas antiokupas derribadas y los sistemas de seguridad desmontados.
LOS OKUPAS YA ESTABAN EN EL INTERIOR
Al subir al primer piso, los policías se encontraron con dos personas en el interior. En el tercero, otras seis más. Todos de la misma familia.
Los agentes les preguntaron el motivo de su presencia en el lugar y estos manifestaron que llevaban "varios días" residiendo ahí. Sin embargo, la ausencia de enseres y los destrozos recientes de los accesos y sistemas de seguridad evidenciaban lo contrario.
Por todo ello, la Policía se los llevó detenidos y les imputa un delito de daños.
Cabe destacar que el valor de cada puerta antiokupa 700 y 900 euros y cada alarma en mil euros.