Doble salto mortal con tirabuzón. Merece un diez, sin duda alguna. Qué artista. Cuando parece imposible superarse, aguántame el cubata, hace el más ridículo, el más inverosímil, el más de vergüenza ajena, todavía.
Atraco a mano armada, acoso, al pobre Joe Biden, “Sleepy” Joe, “La Momia” Biden, que se pierde cuando va al baño, que se traba, que pierde la noción del tiempo y el espacio. Circulan infinidad de vídeos donde “Creepy” Joe protagoniza escenas embarazosas, mientras los americanos hacen porras sobre cuándo le sustituirá Kemala “Iré a la frontera” Harris. Si no entienden alguna broma pueden entretenerse buscándola. Aquí los medios como saben filtran lo interesante y nos dejan la morralla.
No saben los americanos lo que es embarazoso de verdad. Tener un presidente algo senil no está tan mal, al menos tiene un buen currículum y se cree que un día tuvo un cierto nivel. Aquí tenemos un presidente capaz de asaltar enmascarado al pobre anciano en un pasillo, que aprieta el paso sin casi mirarle, seguramente sin saber ni quién le hablaba, durante 29 segundos, para a continuación tirarse el moco explicando durante unos 29 minutos (eso me pareció) la “cumbre”:
“Fíjese si me ha dado de sí la conversación porque hemos estado hablando precisamente de reforzar esos lazos que tenemos militares tanto EEUU como España (…) seguidamente también hemos conversado -y yo en particular- sobre la situación en Latinoamérica [sic] (…) y efectivamente le he traslado mi preocupación sobre la situación migratoria y la situación económica que tiene esa región como consecuencia de la pandemia y finalmente, bueno, le he felicitado también por la agenda progresista que ha puesto en marcha y sobre todo por esa vuelta a los grandes consensos multilaterales sobre todo del cambio climático y del Acuerdo de París”.
Sin entrar en el desgraciado fondo de los asuntos que Sánchez elige destacar y la realidad tras ellos, lo único cierto de la parrafada parece ser ese inciso de que quien “conversó” fue Sánchez “en particular”, porque en el video de la “conversación”, es Sánchez quien se acerca y le habla al desorientado Biden, que continua andando sin aflojar el paso, mirando al frente. Dicen que si ha pedido una orden de alejamiento. El mejor meme que he visto al respecto es el que viste a Sánchez de vendedor de La Farola o de acosador de Intermon-Oxfam.
Pero el Fraudillo es capaz de salir a la rueda de prensa y mentirnos con total desparpajo sobre algo que hemos podido ver todos. ¡Qué sinvergüenza, qué rostro más duro! Al instante me vino a la cabeza la frase de Groucho Marx: “¿a quién va a creer usted, a mí o a sus propios ojos?” No es ni mucho menos la primera vez que nos miente, aunque quizás sí la más evidente.
Ahora, con los indultos, nos cuenta que si la concordia, que si la paz y el perdón, con lo fácil que sería admitir la verdad: que necesita los votos de los separatistas, y si exigen indultos, pues indultos, y si exigen a su madre, pues les da a su madre también. Tenemos también, entre otras muchas, sus mentiras preelectorales sobre sus alianzas con Podemos y los separatistas, que se veían venir y vaya si llegaron, o sobre el delito de rebelión perpetrado el 1-O en opinión de Sánchez, que Carmen Calvo justificó porque esas palabras no las pronunció “el presidente del Gobierno”. Porque el mentir crea escuela, y así podríamos destacar también a Ábalos en el caso Delcy, o a Marlasca en el de Pérez de los Cobos. Considerando este grado de refinamiento en el arte de la trola, hablaría ya de la Escuela Española de la Mentira Contemporánea. O, si no quieren mezclar a España en esto, ¿Escuela de la Farsa de Ferraz? Se aceptan sugerencias.