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25 años sin Xesc Forteza
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25 años sin Xesc Forteza

Por Tommy M. Jaume
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tommyjaumemallorcadiariocom/11/5/11/26
viernes 05 de julio de 2024, 17:44h

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Este sábado 6 de julio de 2024 se cumplen 25 años que nos dejó Xesc Forteza. El inolvidable autor, actor y director de teatro lo hizo dejando un legado que todavía hoy perdura, gracias a una genialidad que hizo reír a carcajadas a miles de familias mallorquinas. Referente convertido en leyenda de la interpretación balear, en mallorcadiario.com hemos querido recordar su figura junto a su hija, Catalina Forteza, y dos actores con los que compartió escenario: Joan Bibiloni y Joan Carles Bestard.

La carrera del recordado Xesc Forteza arrancó cuando él era solo un niño. Así, a la temprana edad de los once años, ingresó en la compañía profesional Artis -posteriormente conocida como Companyia de Teatre Regional- de la que formó parte hasta poco antes de su desaparición en 1969. Durante aquellos tiempos, en los que aprendió, entre otros, de Juanito Valls y Catalina Valls, el autor, actor y director de teatro actuó en más de 150 obras, muchas de ellas en el Teatre Principal de Palma.

"Nosotros nos conocimos cuando yo tenía unos 19 o 20 años. Gracias a una compañera del teatro aficionado, me enteré de que Artis estaba buscando actores. Me presenté allí y superé la prueba", recuerda el actor Joan Bibiloni a mallorcadiario.com. "Él -en alusión a Xesc- ya era, por entonces, el director de la compañía. Desde el principio, y a pesar de que nos llevábamos 16 años, tuvimos una gran conexión. Aquel día, fue el principio de una gran amistad", rememora.

En 1965, Xesc Forteza contrajo matrimonio con Fina García (Foto: Catalina Forteza)

A mediados de la década de los sesenta, el añorado intérprete ya había fundado su propia compañía. Más tarde, transformó, junto a Rafel Salas, el Salón Rialto en un teatro que se convirtió en su centro de operaciones hasta principios de los noventa, cuando se trasladó al Teatre Principal. "Ambos fueron muy importantes para mi padre", reconoce su hija, Catalina Forteza a mallorcadiario.com. "En el primero, despegó su compañía. Era el sitio perfecto para su teatro, debido a su reducido aforo", comenta, para luego añadir que "el Principal fue el lugar perfecto para acabar su carrera".

CINE Y TELEVISIÓN

Además, Xesc también sacaba tiempo para la televisión como colaborador del programa "Como Pedro por su casa" de Pedro Ruiz en TVE y para el cine. De esta manera, dio vida a un guardia civil en "El Verdugo" de Berlanga, además de participar en otras cintas como "Profesor Eroticus" de Luis María Delgado (1980) o "Un, dos, tres... ensaïmades i res més" de Joan Solivelles (1985).

"Él se encontraba mucho más cómodo sobre el escenario que frente a una cámara", apunta el actor Joan Carles Bestard a mallorcadiario.com. "Para mí, era un genio. Evidentemente, hay obras que te pueden gustar más que otras, pero creo que, si miras su conjunto, su legado es muy brillante", agrega.

Forteza, junto a Margaluz y Els Valldemossa, en la sala Tagomago (Foto: Catalina Forteza)

Por cierto, y para los curiosos, comentar que Xesc "no era para nada supersticioso. De hecho, en una obra, aparecía sobre el escenario con un batín amarillo, un color que en su mundo es sinónimo de mala suerte", según relata, con media sonrisa, su hija.

UNA MARAVILLA LLAMADA "MAJÓRICA"

Precisamente, una de sus obras más recordadas es "Majórica". Estrenada en 1981, ya después de éxitos como "Hem de casar a sa nina" (1959), "Una de lladres i serenos" (1975) o "Es viatge del tio capellà" (1976), la obra ha quedado inmortalizada gracias a sus difusiones televisivas. "Mi padre escribió "Majórica" en tan solo 15 días. Lo hizo después de estrenar "Orquestina de Senyoretes", una obra francesa que no gustó mucho al público, ya que era un poco seria", confiesa Catalina Forteza.

"En aquella tragicomedia tan solo participaba una mujer (Margaluz), que encima hacía de hombre", apunta. "Probablemente, y supongo que debido a las repeticiones por televisión, es su obra más recordada. Sin embargo, no fue la que más gente llevó al teatro. Por ejemplo, con "Catxindena, quin estiu!", pasaron más de 70.000 personas por el Principal, que se dice pronto".

Isidoro (Xesc Forteza), Montse (Mary Santpere) y Ceferino (Joan Bibiloni)

Joan Bibiloni, por su parte, asegura que "han pasado 40 años y la gente todavía me llama Ceferino", en alusión al icónico personaje que interpreta en una obra que "en su primera versión, contaba con Maruja Alfaro en el papel de Montse, la esposa de Isidoro (Xesc Forteza). Luego, cuando fuimos años después a grabarla en los estudios de TV3, la sustituyó Mary Santpere". "Hoy en día no sé si se la dejarían estrenar, ya que no es muy políticamente correcta", bromea el actor.

EL PRIMER GRAN SUSTO

A mediados de los noventa, llegó el primer gran susto, cuando Xesc tuvo que ser ingresado. En esos momentos, estaba grabando la serie "'¡Ay, señor, señor!" con Andrés Pajarés. Tras semanas en la UCI, despertó. "¿Has avisado a Madrid?", le preguntó enseguida a su querida esposa, dejando, una vez más, constancia de su pasión por la interpretación.

El añorado actor mallorquín no regresó a la capital. Un joven Javier Cámara fue su sustituto en una ficción que le sirvió como trampolín en su carrera. Eso sí, y a pesar de los consejos médicos, quiso seguir sobre el escenario. "Tras aquel susto, llegaron cinco obras: "S'ha acabat es bròquil" (1994), "Classe mitja acomodada" (1995), "Balearicus'96" (1996), "Catxin Dena quin estiu" (1997) y "Men afluix per no triar" (1998)", apunta, con nostalgia, su descendiente.

"La primera función tras recibir el alta hospitalaria -"S'ha acabat es bròquil" en el Principal- fue muy emocionante. Al aparecer sobre el escenario, el público se puso de pie para aplaudirle y no pudo empezar hasta que acabaron. Todavía se me pone la piel de gallina al recordarlo", relata Bestard.

PREMIOS Y GALARDONES

La trayectoria de Xesc fue reconocida con numerosos galardones a lo largo de los años. En 1988 fue agasajado con el Populares de la COPE y en 1991, con el Premi Siurell del periódico "Última Hora". Entre ambos, concretamente en 1994, fue homenajeado por PIMECO en un evento que reunió a unas 7.000 personas en la Plaza de Toros de Palma. Además, ese mismo año, realizó el saque de honor en el encuentro que enfrentó a su "Mallorqueta" y al RCD Espanyol en el Luis Sitjar. Más tarde, en 1997, recibió el Premi Ramon Llull.

Simpática imagen junto a Paquita Bover (Foto: Catalina Forteza)

"El homenaje en la Plaza de Toros fue muy especial para él. Quedó muy gratamente sorprendido por la gente que participó", relata su hija Catalina Forteza antes de puntualizar que "el Premi Ramon Llull le hizo una especial ilusión, por lo que significa y por ser al ser ya al final de su trayectoria".

Además, el nombre de Xesc Forteza luce en un teatro municipal de su Palma natal, donde además también cuenta con una calle, como en Marratxí y Valldemossa. Desde el pasado mes de marzo, también cuenta con una butaca en el Teatre Principal.

EL DÍA MÁS TRISTE

Una de las grandes pasiones de Xesc "era viajar. Le encantaba ir a lugares exóticos y lejanos. Recuerdo que fuimos a Jamaica, India y Japón, entre otros países", comenta su hija. "También le encantaba pescar. Iba mucho por s'Estaca. De hecho, al enfermar, Michael Douglas se interesó personalmente por él", explica Bestard antes de añadir que "también le encantaba el fútbol. Y era muy mallorquinista. Me acuerdo de que, horas antes de la que fue sin saberlo, su última actuación, fue al Luis Sitjar a ver un partido. Le daba igual hasta pasar frío por ver a su equipo".

El mallorquín en un viaje a India (Foto: Catalina Forteza)

"Recuerdo que, el día que nos dejó, a mí me habían convencido unos amigos para ir al ahora famoso Caló des Moro. Con las prisas, me dejé el móvil en casa y, al llegar, me lo encontré repleto de llamadas perdidas y mensajes. Fue un momento muy duro", rememora emocionado Joan Carles Bestard. "Nos conocimos gracias a que mi madre tenía una pequeña boutique y que nos encargaron el vestuario para una de sus obras. Yo era solo un niño y aquello fue como un sueño", agrega.

Cabe recordar que el actor falleció durante la mañana del 6 de julio de 1999 en la Clínica Rotger de Palma, donde permanecía ingresado desde hacía un mes y medio debido a una larga enfermedad pulmonar. Al día siguiente, se celebró el funeral en La Seu. Meses antes, en enero, había suspendido la obra "Me n'afluix per no triar" debido a su delicado estado de salud.

UN SENTIDO HOMENAJE

El Ajuntament de Palma rinde durante a lo largo de este año un homenaje el mítico actor y director de teatro cuyo acto central, finalmente, se llevará a cabo a principios de octubre en el Teatre Principal de Palma con el estreno de una obra inédita, del año 1976, que, en su momento, fue censurada debido a su "mensaje político", puesto que la trama hace una analogía entre la muerte de un ciudadano francés y un payés mallorquín como crítica al sistema. Posteriormente, el autor desestimó también representarla porque ya había pasado "su momento" por lo que se quedó "encerrada en un cajón", hasta ahora.

"Me emociona mucho que Xesc sea todavía recordado y apreciado. Se merece cualquier reconocimiento que le hagan, si bien él se sentía muy querido por el público", afirma Bibiloni.

"Xesc fue un personaje único e irrepetible. Siempre fue mi referente", subraya el actor Joan Carles Bestard. "Antes de conocernos personalmente, yo ya no perdía ninguna de sus obras. Tras estrenarlas por Navidad, luego se pasaba meses recorriendo la isla representándola. Al acabar la función, mucha gente se acercaba para saludarle. Muchos de ellos le recordaban "batallitas" de la 'mili'. Él les seguía el rollo... a pesar de que nunca hizo el Servicio Militar", recuerda, entre risas. "Estoy seguro de que hubiera hecho muy buenas migas con Madò Pereta", afirma en referencia a su 'alter ego'.

Junto a su hija y esposa en Jamaica

"Nos hace mucha ilusión a toda la familia. Sobre todo, porque, después de 25 años, es muy bonito que se le siga recordando", asegura su hija. No hay que olvidar que, durante las pasadas Navidades, Cort reestrenó "Ca Ses Monjes". "Hay gente que me para por la calle y me dice que no había vuelto al teatro desde que falleció mi padre. Que les gustara la obra es algo que emociona", zanja Forteza.

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