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2019 consolida el modelo: menos turistas, más gasto

martes 04 de febrero de 2020, 00:00h

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El gasto de los turistas extranjeros en Baleares aumentó en 2019 hasta situarse en los 14.878 millones de euros, según los datos del INE que este lunes publicaba mallorcadiario.com. La remesa de gasto supone un leve aumento del 0,8 por ciento respecto al año anterior, pero lo especialmente significativo es que la cifra se alcance a pesar de la caída del número de visitantes. Las Islas recibieron, durante el año recién concluido, un total 13,7 millones de turistas extranjeros, un 1,2 por ciento menos que el año anterior, lo que demuestra que la apuesta por la calidad estaría permitiendo un cambio de modelo con menos turistas pero más ingresos.

Los datos del INE -extraídos de la Encuesta de Gasto Turístico (Egatur) y de la Estadística de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur)- señalan, en esta misma línea, que el gasto medio de cada turista que visitó Baleares el año pasado fue de 1.088 euros; es decir dos puntos porcentuales más que en 2018. También aumentó casi cuatro puntos el gasto medio diario de aquellos que nos visitaron -162 euros- aunque la duración media de los viajes se redujo a 6,7 días, menos que el año anterior.

Si se contabilizan los datos globales, incluyendo el turismo nacional, en todo el 2019 llegaron a Baleares un total de 16,4 millones de turistas, lo que supone una ligera bajada. El gasto realizado por los turistas, en cambio, escala hasta los 16.510 millones de euros, una cifra nunca alcanzada.

Las cifras demuestran la fortaleza de un sector que en Baleares representa más del 21 por ciento del empleo y es la base de la economía local. Este cambio de modelo se sustenta en buena parte en las inversiones realizadas por las empresas a la hora de modernizar su oferta, aumentar precios y dejar de lado un turismo de bajo poder adquisitivo, que, además, suele ir acompañado de otro tipo de problemáticas. En este proceso, la administración debe aportar su grano de arena en forma de legislación -como ya está haciendo con la normativa contra el turismo de borrachera-, pero también con inversiones en zonas maduras, mejorando las infraestructuras de transporte y de medio ambiente, y facilitando que los particulares puedan acometer sus reformas con la celeridad necesaria.

El camino está trazado y las cifras apuntan los beneficios de un círculo virtuoso que comienza destinando recursos y que acaba revirtiendo en ingresos.