EL Govern ha sido condenado al pago de dicha importante cantidad; pobre Govern que no los tenía presupuestados y pobre lector y pobre yo que para cubrir ese importe tendremos que aportar 124 euros por cabeza. Porque el dinero del Govern sale de nuestros bolsillos.
La protección del territorio me parece un política acertada si, como todo en la vida, se hace bien. Hace diez años el Govern decidió promulgar una Ley que modificaba la calificación urbanística de unos terrenos sin el acuerdo de los propietarios.
Hoy, diez años después, sabemos a cuanto asciende la factura: 138 millones de euros. Con lo que han pasado en estos diez años, este país parece irreconocible. Sólo les pondré un ejemplo la Presidente Armengol presidía el Consell de Mallorca gobernando con el PSM y la corrupta UM. Han leído bien.
Algo no funciona bien en un país cuando las cosas penden durante diez años y no se alcanza una solución definitiva; cuando un gobierno, el del Senador Antich, atropella los derechos de los ciudadanos y estos no se ven reconocidos hasta diez años después.
Las administraciones, todas ellas, que nos salen tan caras a los ciudadanos con sus decisiones arbitrarias y su corrupción nos salen aún más caras. ¿Qué se le puede decir hoy al senador Antich por esa tropelía? Puede que la idea fuera buena pero ahora todos debemos aportar 124 euros más por haber hecho las cosas mal. Por haber despreciado a unos ciudadanos que tenían derechos ante el Govern y que, por la lentitud de la justicia han tardado diez años.
Los políticos deben tomar conciencia que no juegan con su dinero sino con el nuestro; un dinero que nos cuesta mucho esfuerzo generar y que cada euro que pagamos de impuesto, aparte de para pagar sus nóminas, está destinado a hacernos la vida más fácil y feliz a través de los servicios públicos; y lo que nunca deben olvidar es que están a nuestro servicio porque nosotros les pagamos el sueldo, somos sus jefes. Recuerden que hacían hace diez años y que pasen un buen día.