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La fractura de cadera es una de las dolencias más comunes entre las personas mayores, producida principalmente por
la unión entre la osteoporosis y las caídas. La prevención, así como los tratamientos, son de gran importancia, ya que
el 24% de los ancianos que sufren una caída mueren a lo largo del primer año, y
el 20% de los que eran autónomos para caminar antes de la fractura precisan un ingreso en residencia.
En España se producen cada año unas 210.000 fracturas, de las que 40.000 son de cadera, y de éstas
el 70% son una segunda fractura. No en vano, el haber sufrido ya una fractura
duplica el riesgo de padecer una nueva rotura de cadera. Y se calcula que para el año 2025, en paralelo con el envejecimiento de la población, el número de fracturas anuales
ascenderá hasta las 286.000, de las que 60.000 serán de cadera. Son datos que ha ofrecido el
Dr. Vincenzo Malafarina, médico geriatra del Hospital San Juan de Dios de Pamplona en el
VII Congreso de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología que se celebra conjuntamente con el
XIII Congreso de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología (Zahartzaroa) en Bilbao.
La osteoporosis es una enfermedad
muchas veces asintomática y, además,
una importante carga económica para el sistema sanitario español, pues genera unos
costes superiores a los 1.300 millones de euros en el primer año de convalecencia, y de 1.055 millones de euros por la consiguiente discapacidad. Para los agentes implicados en la atención a los mayores, como el Dr. Malafarina, no obstante, resulta en comparación “alarmante que el gasto para la prevención de las complicaciones de una enfermedad que afecta tanto a la calidad de vida y la independencia de las personas mayores sólo sea de
414 millones de euros, y que
sólo el 14,6% del coste total dependa de los fármacos para la prevención”.
¿Qué hacemos después de la fractura de cadera?Como el riesgo de caerse se duplica en aquellos que ya han tenido una caída, lo primero que familias, cuidadores y el propio paciente tienen que hacer es
prevenir una nueva caída. ¿Cómo? “En primer lugar deben
eliminar las barreras físicas que puedan llevar a caer, como las mesillas, las alfombrillas que pueden resbalar o los trastos tirados por el suelo”, aconseja el geriatra. El papel de la familia y/o el cuidador adquiere un papel fundamental en la siguiente recomendación del experto,
el control farmacológico. “Hay que vigilar que el tipo de medicamentos que toma la persona no sea el causante de un posible desvanecimiento o caída, como puede ocurrir con
los tranquilizantes, los hipnoinductores (somníferos) o aquellos que bajan la tensión”, advierte Malafarina.
Otro de los factores preventivos, por su capacidad para fortalecer los músculos y proteger mejor así a los huesos, es el
desarrollo de algún tipo de actividad física, así como mantener un
estilo de vida saludable.
La eliminación del hábito del tabaco y la limitación del consumo del alcohol se muestran también fundamentales para prevenir las recaídas.
Adherencia al tratamientoUno de los problemas habituales con los que se encuentran los médicos que tratan a pacientes que han sufrido fracturas de cadera es la
falta de adherencia al tratamiento farmacológico de los pacientes. La causa es principalmente que “en el tratamiento farmacológico de la osteoporosis
los resultados se observan a largo plazo, pasado un año desde el inicio; muchos pacientes
lo dejan porque creen que no les funciona”, señala el Dr. Malafarina. No obstante, los geriatras insisten en la continuidad del tratamiento y la importancia de la adherencia al mismo, pues
“un tratamiento de tres años reduce el riesgo de fractura durante los siguientes diez años”.