Ya conocemos cómo será el nuevo puerto de Palma. ¿Qué les parece?
Todos sabemos que el proyecto es un proyecto a largo plazo así que lo que más me preocupa es que haya modificaciones posteriores. El proyecto en sí está bien, se adapta a la zona estupendamente ya que le hace falta una remodelación. Hay que tener en cuenta que esta es una zona de mucho tráfico, tanto de locales como de visitantes, pero lo hacen por enfrente nuestro, no cruzan hacia la lonja porque no conocen dónde estamos. Nos parece muy buena idea que se abra la zona del puerto pesquero a todo el mundo, así nos conocerán los que no saben que estamos aquí.
"Llevamos más de 20 años reivindicando un punto de venta en la propia lonja. Es una cuestión de justicia para todos y el proyecto no lo recoge"
¿Recoge el proyecto su reivindicación histórica de contar con un punto de venta en la nueva lonja?
Llevamos más de 20 años reivindicando un punto de venta en la propia lonja. Es una cuestión de justicia para todos el poder contar con este punto y el proyecto no lo recoge. Hay sitio para poder integrarlo, estamos hablando de un pequeño espacio, no de un mercado de abastos, donde los pescadores de Palma podamos ofrecer el producto a los ciudadanos. Si se hace en muchos puertos, ¿por qué aquí no puede hacerse?
¿Qué diferencia habría con la lonja habitual?
La lonja en sí tiene una reglamentación que impide la venta a particulares; sólo pueden comprar los mayoristas y muchos hacen la compra por encargo. Nosotros reivindicamos que los ciudadanos puedan venir y comprar el pescado que vayan a comer en el día, pescado fresco, y que sean los propios pescadores los que pongan sus puestos y lo vendan. No pretendemos hacer competencia desleal a los pescaderos, que son nuestros clientes, así que se pondrían precios de mercado y el ciudadano tendrá el atractivo, además del producto fresco, de venir al puerto pesquero a conocernos. Hemos hablado con los restauradores de la zona y les gusta mucho el proyecto y tenemos muchas ideas para hacerlo atractivo, como por ejemplo que se pueda comprar el pescado y que un restaurante de la zona se lo prepare; salimos ganando todos de esta forma.
¿Tienen miedo a un posible traslado?
La idea del traslado siempre la tenemos en mente y hemos estado pendientes e interesándonos por el proyecto para ver en qué acababa todo. En el plan de usos del puerto, que es dónde se fijan las zonas de uso de cada actividad, seguimos estando, así que mi trabajo es tranquilizarles y decirles que, en principio, no nos movemos de zona. Esto es fruto del trabajo conjunto entre la propia cofradía, Ports y el Ayuntamiento de Palma.
"Quiero que quede claro que metro cuadrado que tenemos, metro cuadrado que pagamos"
El señor Gual de Torrella, presidente de Autoritat Portuària, les califica como los ‘mimados’ del puerto. ¿Por qué?
Supongo que el señor Gual de Torrella se refiere a que, por normativa, tenemos unas deducciones como sector primario. No se nos trata igual que a un club náutico, pero hay que tener en cuenta que nosotros no somos una organización con ánimo de lucro; básicamente, somos una organización social y exigimos que se nos trate como tal, ni más ni menos; si el señor Torrella considera como mimo esto, allá él. Sé perfectamente cuáles son las relaciones de poder, sé cómo se juega a esto, pero como no tenemos intereses económicos, también estamos abiertos a lo que se nos pida siempre y cuando no resulte un perjuicio para el colectivo. Llevamos años pidiendo un punto de venta… respeto su opinión, pero conociéndolo, seguro que lo dijo con cercanía y cariño. Las relaciones con Autoritat Portuària son como con cualquier otra administración; hay que pensar que al frente está un “personaje político”, que cambia cada cierto año y según qué presidente tiene más empatía que otro para con el sector pesquero. Los rifirrafes con la administración son muy normales y casi siempre solemos arreglar nuestras diferencias, pero quiero que quede claro que metro cuadrado que tenemos, metro cuadrado que pagamos.
¿Qué aportan los pescadores de Palma a la ciudad?
Los pescadores de Palma, 20 o 25 años atrás, era una flota más numerosa y fuerte de Baleares. Ahora, por cuestiones de política pesquera europea, se ha reducido bastante derivando en una flota básicamente testimonial. Aportamos una imagen al centro de la ciudad que, personalmente, creo que se debería conservar, porque muchas capitales marítimas del mediterráneo han perdido su esencia marinera y pesquera en favor de otros usos y eso sería muy malo para Palma. Si quieren ver palos de yates hay muchas marinas para ello; si quieren ver barcos de pesca, sólo hay una manera de hacerlo: conservando la zona y potenciándola. La imagen de la catedral de Palma con los barcos de pesca es una fotografía de identidad para la ciudad que miles de turistas se llevan a diario a sus países y no se debería perder; es algo único que aportamos a la imagen de la ciudad y que no tienen otros sitios.
"Se trata de una actividad complementaria al oficio de pescador y hay quien ha sabido adaptarse a la idea mejor que otros"
Turismo y pesca es una máxima para ustedes. De hecho, usted es uno de los impulsores de la marca ‘Pescaturismo’. ¿Cómo está funcionando esta unión?
Lo más importante es que los pescadores se crean esta sinergia. El pescador lo que te traslada es que quiere pescar, porque es su oficio y su trabajo, pero hay que darle un valor añadido a la pesca. La idea que tuvimos, tanto Joan Mercant como Pepe Martínez y yo mismo, además de algún otro Patrón Mayor de Alcúdia, básicamente era eso, aportar un plus a los ingresos del sector porque vienen tiempos difíciles debido a la reglamentación europea y la reducción de esfuerzos, que conlleva una reducción de producción y, por tanto, de ingresos. Si nos cierran puertas, al menos, que nos dejen abrir ventanas. Se trata de una actividad complementaria al oficio de pescador y hay quien ha sabido adaptarse a la idea mejor que otros, que deberán hacerlo si quieren sacarle algún provecho.
¿Cómo son las relaciones con el sector de la pesca recreativa?
Todos conocemos el reglamento. El problema con la pesca recreativa es que no hay control efectivo en cuanto a capturas me refiero. Si sales cada día y pescas 50 kilos, no sé, tienes gatos en casa, ¿no?... Estamos hablando de 50.000 licencias de pesca recreativa por 600 pescadores profesionales en Baleares. ¿Se quejan de que los controlan?, mire usted, a mí me controlan todos los días. Los científicos hacen estimaciones a ojo de buen cubero sobre cuánto se pesca de manera recreativa, con lo que nadie que cumple las normas tiene miedo a que le apliquen cualquier tipo e control.
¿Cuáles son las reivindicaciones del sector pesquero, hoy por hoy?
El sector pesquero es muy complejo ya que estamos sujetos a las normativas de la UE, por tanto, nuestra reivindicación tiene que ir al Bruselas, al Parlamento Europeo, y es muy complicado; son un gigante para nosotros y hacer llegar tu voz es muy complicado. Pedimos que no nos aplasten, hay grandes intereses en el mundo, pero no queremos que nos acaben de hundir. La pesca de Baleares representa un 15 por ciento de todo el pescado que se consume, lo demás viene de fuera y ocurre porque hay intereses, básicamente económicos, porque todo ese pescado no cae del cielo, se pesca en alguna parte que no cuenta con las restricciones que contamos nosotros y lo comercializa. Hay intereses y no pequeños: piscifactorías, grandes exportadores, flotas de otros caladeros de países lejanos que exportan a la UE… en fin, las restricciones a la pesca en el mediterráneo nos están haciendo mucho daño, ya que los científicos realizan estudios y concluyen que hay sobreexplotación y los estudios que dicen esto están hechos hace 5 años, con lo que no son 100 por 100 reales; no tienen en cuenta las medidas que se toman en los años posteriores y las comparaciones se hacen con los datos de hace 5 años. Si a cualquier empresa le dicen que les van a rebajar en un 30 por cien la producción y, por tanto, los ingresos, pero que en realidad deberían rebajar un 70 por ciento, oiga, ahí tiene el barco; quédeselo. Desde la UE sólo ven la playa cuando van de vacaciones en verano, pero nosotros estamos todos los días, trabajamos a diario y vivimos de esto. Como mínimo que nos escuchen, que nosotros sí conocemos de qué va esto.