¿No tienen los restauradores la sensación de que siempre son los malos de la película?
Efectivamente. Parece que es así. Tenemos la sensación de que el Ayuntamiento de Palma nos ha puesto como enemigos de los vecinos, cuando los vecinos son nuestros compañeros. No debemos olvidar que, nosotros, los restauradores, también somos vecinos y que realmente nuestros clientes son los vecinos que ocupan las terrazas. Hay un enfrentamiento entre vecinos y restauradores que no tiene sentido, ni la más mínima lógica. Lo hemos dicho y lo seguiremos diciendo: para los restauradores, el derecho al descanso vecinal es sagrado y el derecho a trabajar, también. Pedimos a Cort que nos centremos exclusivamente en las terrazas que molestan y no en todas las de la ciudad. Somos conscientes de que ni todos los restaurantes tienen toda la razón, ni todos los vecinos la tienen, por lo que debemos dar la razón a quien verdaderamente la tenga.
En este caso, el Ayuntamiento de Palma parece inclinarse más hacia el voto vecinal que hacia el consenso.
En el caso de La Lonja ha sido así. Para La Lonja han aprobado un decreto que se salta prácticamente toda la legalidad exigible ya que no tiene en cuenta ni estudios ambientales o que no haya habido ninguna denuncia. Estamos hablando de 18 restaurantes que no tienen ninguna denuncia vecinal.
Santa Catalina ha demostrado que se puede conjugar el descanso vecinal con el negocio de la restauración. ¿Cree que Cort se aplicará el cuento de lo sucedido en Santa Catalina?
Creo que una de las ideas de Alberto Jarabo es hablar con todos. Es cierto que en Santa Catalina se ha firmado un acuerdo muy provechoso entre restauradores y vecinos y esto es lo que se tendría que hacer en todos los barrios ya que es de pura lógica. Hemos mantenido reuniones con asociaciones vecinales y con federaciones de vecinos en las que en un 80 por ciento estamos de acuerdo en los temas que tratamos. Por ello, lo que tenemos que hacer es trabajar sobre aquellos puntos en los que estamos de acuerdo y buscar entre todos la ciudad del futuro que deseamos tanto los restauradores como los vecinos. Realmente, lo que tendría que hacer el Ayuntamiento de Palma es ejecutar los acuerdos que alcancemos con la vecindad.
"Vecinos y restauradores debemos buscar el modelo de ciudad del futuro"
¿Y cómo es esa ciudad de futuro que ustedes contemplan?
Ante todo, para crear una ciudad de futuro lo que no se puede hacer es que cada cuatro años, cuando entra un nuevo gobierno, se produzcan cambios brutales: que si toldos para arriba, toldos para abajo; sillas sí, ahora sillas no. Tenemos que ir hacia una ciudad donde los vecinos puedan encontrar espacios bonitos, amables y que no molesten; vamos, lo que ya se está viendo en otras ciudades. Siempre digo que para inventar están los inventores, por lo que lo mejor es copiar lo que ya funciona bien en otros lugares.
¿Cómo definiría actualmente a Palma?
Ante todo, hay que matizar que en Palma ha habido un cambio. Hay un antes y un después de la apertura de terrazas. El problema lo estamos teniendo con el turismo, sobre todo el nacional y europeo. Los que vivimos aquí sabemos que es prácticamente imposible que te puedas tomar una copa en una terraza a la una de la madrugada, pero a otras personas que no son de aquí les choca mucho. Por ello, habría que buscar esas zonas donde las terrazas puedan disponer de un horario de cierre más suave ya que no molestan al vecindario. Por ejemplo, tanto en Madrid como en Barcelona, la ciudad está dividida en zonas y cada una de ellas se rige en función de una determinada normativa. Si hay algunas zonas donde no se molesta a ningún vecino, pues vamos a darles más horas. Lo que no se puede hacer es hacer una normativa general y cargarte todas las terrazas de Palma.
¿Entiende que un reducido grupo de vecinos tengan tanta influencia política en el Ayuntamiento de Palma exigiendo restricciones a las terrazas?
Si, claro que lo entiendo. El Ayuntamiento piensa que a lo mejor son trescientos los vecinos que exigen la reducción de las terrazas, aunque realmente sean seis. Este es el problema y por eso queremos celebrar este referéndum. Aquí de lo que se trata es que las terrazas no deben molestar a nadie y si molestan lo que tenemos que hacer es sentarnos a trabajar sobre este asunto. Lo que no puede ser es que se hayan quitado terrazas donde no molestaban a los vecinos y lo único que han conseguido es cabrear al vecino porque le han quitado su terraza de toda la vida. ¿Por qué tiene que aplicarse la misma normativa para las terrazas de los polígonos que las situadas en Son Ferriol o en Pere Garau? La solución es separar cada caso y trabajar sobre el mismo.
"No se debe aplicar la misma normativa a una terraza del polígono que a una de Pere Garau"
Con la anterior regidora, Aurora Jhardi, los restauradores terminaron cediendo en muchos puntos de la normativa.
Lo que está claro es que con la nueva normativa hemos podido constatar que, con el paso del tiempo, se producen errores y tenemos claro que no debemos volver a caer en los mismos fallos. Ha habido errores como que hemos metido algunos metros de más cuando precisamente en esa plaza había saturación de terrazas, pero en otros casos, las terrazas no molestaban a nadie.
Sea sincero. ¿Tal y como está la actual normativa aplicable a La Lonja, usted abriría un restaurante en esta zona?
No, que va. Ni yo, ni nadie. La verdad es que no sé muy bien qué es lo que sucede en La Lonja. No sé si existe un interés inmobiliario o lo que sea, porque lo que no se entiende es que suceda esto cuando los restaurantes han revitalizado la zona y a algunos habría que darles un premio por su trabajo con los años que llevan en esta zona. Puedo asegurar que hay algunos que llevan más de 40 años trabajando y en todos estos años no han tenido ni una multa. Los están tratando muy mal y no lo vamos a permitir.
¿Por qué es tan difícil llegar a un acuerdo?
Creo que con Alberto Jarabo y con las federaciones de vecinos vamos a conseguir un acuerdo. Lo que queremos es trabajar y llegar al consenso. Creemos que lo vamos a conseguir porque nos regimos por la verdad, por la lógica. No estamos pidiendo barbaridades como que los bares de copas en vez de cerrar a las 3 los hagan a las 5 de la madrugada. Estamos demandando que aquel bar que no molesta, pues que se le deje tranquilo y aquel local que moleste, pues que trabajemos para que no lo haga y si persiste en su actitud , que se le cierre.
¿Conoce algún lugar donde las terrazas cierren a las 11 de la noche?
No. No hay ninguno. No se puede cerrar a las 11 porque ese restaurante ya no puede dar cenas a partir de las 9,30 de la noche. No te puedes imaginar los cabreos de los clientes cuando llegan las 11 de la noche y les dicen que se tienen que levantar e irse. Es inviable. Con estas actitudes nos estamos cargando la ciudad.
"No hay ningún lugar donde las terrazas cierren a las 11 de la noche"
Los restauradores han anunciado que están dispuestos a celebrar un referéndum sobre las terrazas ¿Cómo contemplan este referéndum? ¿Qué valor podría llegar a tener si lo ganan?
Lo que queremos realmente con este referéndum es conocer la opinión de los vecinos. Lo que queremos es que el vecino, tanto el que va a quejarse al Ayuntamiento de Palma como el que no se queja, muestre su sentir en este referéndum. Aquí parece que sólo se escucha a los vecinos que se quejan y no interesan las opiniones de los que no protestan. Hay una gran mayoría de vecinos que no se quejan porque las terrazas no les molestan y queremos que estos vecinos también opinen. Hoy en día se monta una asociación con cuatro personas y parece que son cuatrocientas y, dado que por protección de datos no pueden enseñar cuántos son, pues pasa eso. Queremos saber lo que piensa la ciudadanía.
Confía mucho en Alberto Jarabo como interlocutor válido.
Por supuesto. Yo a Jarabo le veo una persona muy coherente y muy justa y nos sentimos cómodos trabajando con él. Ahora lo que hay que hacer es ponerse a trabajar.
¿Exigiría blindar un acuerdo sobre las terrazas si se llega a un acuerdo entre todas las partes implicadas?
Por supuesto. Recuerdo que en la primera mesa que se habló de la nueva normativa, nos levantamos porque dijimos que estábamos cansados de que cada cuatro años tuviésemos que cambiarlo todo, volver a sentarnos y discutir una nueva normativa. Lo que pedimos es que en las negociaciones estén presentes todos los partidos políticos, vecinos y comercios. Que lo que se firme al final, todos los partidos estén de acuerdo para que cuando lleguen al poder no haya cambios. Una ciudad de futuro no se puede hacer en cuatro años, se necesita más tiempo y para eso necesitamos el apoyo de todos. Es tan sencillo como que se trabaje realmente para el bien de los ciudadanos, no para buscar el voto.
¿No está cansado ya de esta situación?
La verdad es que cansa mucho. Lo que más cansa son esas reuniones que te hacen tener y en las que estás viendo que pierdes el tiempo. Ves que te dicen a todo que sí pero no te escuchan porque van a los suyo. Y con esto no puedo, me supera y es lo que no vamos a permitir ahora.