Un beso de cine

Uno de los momentos estelares de la pasada gala de los Goya fue el momento en que Dani Rovira y Karra Elejalde se dieron un beso largo en todos los morros mientras el público se reía como si no fuera a haber un mañana. ¿Dónde estaba la gracia? ¿Hasta cuando un beso será un chiste? ¿A qué si se hubieran besado un chico y una chica no hubiese sido ni la mitad de gracioso? Y eso que el chiste se lo dieron dos actores de lo más moderno en la mal llamada fiesta del cine, que aquello no era una gala de Tele 5 y el beso no se lo dieron Bertín Osborne y Arévalo.

Para que esto no se convierta en una columna rancia y repleta de crítica homo voy a intentar profundizar un poco en el tema de la homofobia que llevamos interiorizada incluso los propios gays. ¿Cómo podemos pedirle al mundo hetero que nos entienda y respete si nosotros somos los primeros a los que nos sorprende y nos llama la atención un simple beso entre dos hombres? Cuando vamos por la calle nos giramos si dos hombres van cogidos de la mano y ya no te digo nada si están ahí dándose el hocico, sin duda el espectáculo está asegurado. ¿Cuántos años o generaciones tienen que pasar para que dos hombres besándose sea visto como algo normal y no nos llame la atención ni se convierta en titular?

Seguramente los guionistas de los Goya debieron pensar que sacar a dos hombres besándose era un gesto de modernidad y un guiño al público gay siempre tan entregado y fan del cine español...o no tanto. Lo que si es cierto es que el resultado seguramente no fue el esperado y ese beso nos devolvió a los años 90 y fue un golpe de realidad en todos los morros, nunca mejor dicho. Nos creemos que vivimos en una España moderna pero la realidad es que estamos más cerca de Italia o Grecia que de Holanda o Dinamarca. Hay pocas palabras tan feas como normalización pero en noches como la del sábado me hubiese encantado no sentirme tan anormal con un beso. Todo esto me recordó que nos falta mucho camino por recorrer y que no siempre los besos negros son los que te hacen sentir más sucio.