Lo de Cataluña es una incongruencia se mire por donde se mire. Por un lado no tienen dinero ni para mantener plantas de hospitales abiertas, las urgencias cierran a las cinco de la tarde y se retrasan operaciones para ahorrar, pero por otro se gastan una millonada en consultas sobre la independencia. Y para más inri durante la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, se abstuvieron de votar sobre el techo de déficit a la espera de que papá Estado diga los que les va a dar en sus próximos presupuestos.
Carece de toda lógica que la Generalitatrecorte de aquí y de allá, dejando sin servicio a miles de pacientes que se ven obligados a desplazarse varios kilómetros para ser atendidos, y luego saque a concurso un contrato para realizar encuestas que incluyen preguntas sobre la independencia con un coste de entre uno y tres millones de euros. Es decir, tiene dinero para lo que le da la gana.
Lo mejor es la nueva lección de cinismo que ha ofrecido el presidente catalán quien ha dicho que “el gobierno debería dar ejemplo de austeridad a las comunidades” porque hasta ahora lo único que ha hecho es “apretar y atornillar” a las autonomías sin aplicarse el cuento. Ver para creer.
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