El doble rasero de esposar a los detenidos

El tercer capítulo de “Conspiració contra els mallorquins”, suplemento editado por l’Estel, se centra en las actuaciones de la Policía en Mallorca.

Los políticos que sitúan en el eje de la conspiración policial son el ex ministro de Interior Alfredo Pérez Rubalcaba, el ex director general de la Policía y la Guardia Civil Joan Mesquida y el ex delegado del Gobierno en las Islas Baleares Ramón Socías. Los autores Josep Palou y Jaume Sastre consideran que, a través de ellos, el PSOE utilizó un hecho muy loable –acabar con la corrupción- para dañar a sus adversarios políticos. Del segundo, además, destacan algunos favores realizados para el director del periódico El Mundo Pedro J. Ramírez.

En cuanto a los miembros de la Policía que consideran implicados en la “trama”, explican la trayectoria personal y profesional del ex jefe de la Brigada judicial Elicio Ámez, del ex Jefe superior de la Policía de Baleares Bartolomé Campaner,  el Jefe de la Brigada Provincial de Baleares Antonio Cerdá,  el jefe de la brigada ciudadana Alfonso Jiménez, el portavoz de la Unión Federal de Policía Jaime Lalinde y la jefe de la Brigada de Delincuencia Económica Julia Vázquez.

De ellos, destacan su buena relación con algunos medios de comunicación, de hecho, durante el artículo se resalta que algunos de ellos tienen el tablón de su despacho lleno de portadas de periódicos donde destaca la noticia de alguna operación contra Unió Mallorquina.    

Por otra parte, se preguntan por qué en casos de detención de políticos yempresarios mallorquines éstos han sido esposados aun cuando no existía riesgo de huida. La respuesta que hallan es que se les está aplicando la “pena del telediario” es decir, que reciban condena y escarnio público antes de ningún juicio.  

Sastre y Palou contraponen el caso anterior al de los dos policías que causaron la muerte a una ciclista alemana de 64 años en la carretera al Cap Blanc, cuyas identidades no se querían desvelar por parte de la Policía con el argumento de que “los dos policías tienen familia y padecerían mucho”, o el de los guardias civiles detenidos por quedarse con droga confiscada en el Aeropuerto de Eivissa.