Conquistó el quinto torneo de su carrera en el PGA Tour, al destronar a Scottie Scheffler, vigente campeón, en las semifinales e imponerse posteriormente a Cameron Young en la final del WGC Dell Technologies de Austin (Texas).
Cuando todo parecía perdido, Scottie marró un putt de algo más de un metro y abrió la puerta del play off a su amigo Sam.
Burns se clasificó para la final tras imponerse en el tercer hoyo extra a Scheffler, que llevaba diez victorias consecutivas en este torneo y llegaba como número uno del ránking mundial.
Tras ese triunfo trabajado, salió en la final y la ganó por seis hoyos arriba y cinco por jugar contra un Young que había derrotado al norirlandés Rory McIlroy en la otra semifinal, dando la vuelta al match en los últimos hoyos e imponerse en el extra, disputado en el duodécimo, con un 'birdie' por el par del norirlandés y echando al traste con la que parecía la previsible final Rory vs Scottie.
En el match final, Young - cuya primera victoria en el PGA sigue sin llegar pese a su inmensa clase y sus incontables 2º puestos - tomó ventaja al ganar el segundo hoyo, antes de que Burns se llevara cuatro consecutivos entre el cinco y el ocho que le lanzaron cuatro arriba.
No dejó de pisar el acelerador y ganó el diez, el doce y el trece para sellar la tercera victoria más contundente en la historia de este torneo.
En el partido por el tercer y cuarto puesto, venció McIlroy a Scheffler por 2 y 1.
El español Jon Rahm, que ha pasado a ser el número 3 del mundo, se despidió del torneo a las primeras de cambio al no superar la fase de grupos.
Un evento de golf en estado puro, con los mejores jugadores del momento en un recorrido hecho para una competición match play en la que ha sido la última edición pues desaparece del calendario del PGA.