INGREDIENTES:
Una agenda, disciplina, evitar los ladrones del tiempo, aprender a decir “no”, hacer sólo una cosa a la vez, paciencia con nosotros mismos.
ELABORACIÓN:
Para aprender a gestionar el tiempo necesitamos un ingrediente principal y es la disciplina.
Este ingrediente podríamos decir que es el principal en la mayor parte de las recetas de Coaching, porque no existen varitas mágicas, para conseguir aquello que nos cuesta obtener en el día a día.
Sin ese ingrediente no podremos elaborar esta receta ni ninguna otra.
Debemos de ser constantes en nuestra gestión del tiempo y como mínimo seguir la planificación diaria con un mínimo de 42 días seguidos.
Pasado ese tiempo, habremos conseguido engañar a nuestro cerebro y casi seguro, la tarea que tengamos que desempeñar sea más sencilla.
El segundo ingrediente a tener en cuenta es aprender a hacer una sola cosa a la vez, me explico. Si estoy comiendo, estoy comiendo, no escribiendo en el ordenador mientras lo hago o llamando a mi madre.
Cuando hacemos 2 ó 3 cosas a la vez, finalmente nos prolongamos mucho más en hacerlas y además los resultados no son positivo, así que aprendamos a realizar acción por acción. Aunque nuestro cerebro sea superdotado, este tipo de comportamientos, no nos dejan disfrutar de la vida.
El siguiente ingrediente que debemos de tomar es la agenda, ya sea en papel o electrónica, pero es muy importante tener una.
Para los “excusitis”, dejar claro que no sirve decir que tenemos una mente privilegiada y que a nosotros no nos hace falta, porque todo el mundo necesita tenerla y mucho más cuando nos vamos haciendo mayores, porque acumulamos muchos más datos.
Así que a continuación comienza a apuntar en tu agenda todo lo que debes de hacer a lo largo del día, pero no solo lo relativo al trabajo, sino todo. Si debes de ir a la tintorería a recoger el traje que dejaste, ó a hacerte las uñas, apuntalo también.
No obstante ten en cuenta que debes de dejar tiempo para los imprevistos en tu vida ya que estos surgen todos los días y son uno de los mayores ladrones del tiempo que tenemos.
Seguidamente intenta detectar cuales son los ladrones del tiempo que se repiten en tu vida sin cesar, esto es, todas aquellas cosas que dejas para mañana y que tu mente piensa en ellas continuamente. Por ejemplo, esa bombilla del salón que se fundió hace 3 semanas y cada vez que llegas a casa por la noche y la enciendes, te acuerdas que la tienes que cambiar. Hazlo en el momento, no lo dejes para más tarde y si no la tienes en ese momento, apúntalo en tu agenda para comprarla al día siguiente sin falta.
Si ordenamos nuestros día, dejando tiempo para los imprevistos, estate seguro que nos dará mucho más de si.
Dentro de esos ladrones del tiempo encontraremos uno que se convertirá en un ingrediente muy importante para nosotros que es aprender a decir que NO , cuando eso supone un problema para nosotros.
En muchas ocasiones nos cargamos de trabajo ajeno porque somos incapaces de decir que no y eso nos trae muchos problema en una gestión del tiempo eficaz.
No obstante este ingrediente lo explicaremos en otra receta, ya que requiere de mucho tiempo.
Y por último antes de servir nuestro plato del día, añadiremos la última receta que es ser pacientes con nosotros mismos y cumplir esos 42 días que he indicado anteriormente.
Tenemos que saber que cambiar no es tarea fácil y nos requerirá tener paciencia con nosotros mismos, queremos mucho y bien para sentirnos a gusto en cada cambio que hagamos en nuestra vida. Amate a ti mismo y verás que tu vida puede ser lo que tú desees.
Tras garantizar la pasada semana su permanencia en la élite del fútbol español, el RCD…
El Parlament ha aprobado una iniciativa que reclama al Ministerio del Interior el despliegue permanente…
Miles de personas llenan la Plaça de Santa Margalida en una representación única que celebra…
Ser Niños Prodigio tiene sus aristas. De todos es conocido el caso del pequeño Wolfang…
La ‘processó del Sant Enterrament’ vuelve a llenar el centro histórico de emoción y sentimiento.…
‘Milk for Ulcers’, un álbum marcado por la pérdida de su padre Paul Auster y…
Esta web usa cookies.