Policía Montada de Palma. Foto: J. Fernandez Ortega
La Policía Montada de Palma, unidad de la Policía Local, está de celebración: este 2025 cumple 150 años de historia y se consolida como la unidad más longeva de España. "Somos la cara amable de la Policía", afirma Joan Ginard, subinspector jefe de la sección, que atiende a mallorcadiario.com.
En sus palabras hay tanto orgullo como conciencia de la labor que desarrollan a diario. Ginard lidera a un equipo de 16 agentes y un oficial, acompañados de 11 caballos que no solo patrullan, sino que también educan, protegen y emocionan.
El día comienza temprano en las cuadras. "Lo primero es limpiar los establos, barrer, sacar la viruta, cepillar a los caballos... Cada mañana se repite el mismo ritual", explica Ginard. La rutina es exigente: cada caballo se revisa, se ensilla y se prepara para salir a patrullar o entrenar. “Por la tarde se repite el cuidado, aunque no se entrena. Los caballos se sueltan un rato en la pista para estirar las piernas y también se limpian las cuadras de nuevo".
La jornada no se limita al patrullaje por Palma. Dos días por semana, decenas de escolares visitan las instalaciones en un programa municipal de educación y sensibilización. "Pasan muchos colegios de toda Mallorca, no sólo de Palma. El primer año que estuve aquí, pasaron cerca de 3.000 niños", recuerda el subinspector.
Durante la visita, los niños pueden tocar a los caballos -"siempre de lado, porque los caballos tienen los ojos a los lados y si te acercas de frente pueden asustarse"-, se les enseña cómo se herran los cascos, cómo se cepillan, cómo viven. "Es una actividad extraescolar, pero con mucho valor educativo".
La presencia de la Montada en actos oficiales, fiestas y procesiones es constante. “Nos vestimos, nos preparamos y representamos al cuerpo, al Ayuntamiento y a Palma", afirma Ginard. Pero también son un imán para el turismo y la infancia. "Vas por Palma y los críos se acercan; los padres hacen fotos. Es una forma muy agradable de vender la Policía".
"Queremos hacer una fiesta conmemorativa, invitar a los veteranos y entregarles un obsequio"
En un tiempo donde muchas unidades desaparecen por falta de recursos, la de Palma se mantiene viva y con ganas de crecer. Y mientras tanto, celebra sus 150 años con actividades especiales. "Queremos hacer una fiesta conmemorativa, invitar a los veteranos y entregarles un obsequio. Es una forma de honrar a quienes han formado parte de esta historia".
Ser parte de la unidad montada no es cuestión de suerte. "Exigimos las pruebas físicas estándar de cualquier unidad especializada, además de una prueba teórica y otra práctica para montar", detalla Ginard. La formación se completa internamente, con prácticas continuas que refuerzan el vínculo entre jinete y animal.
"No todos los caballos sirven para todo. Depende de sus condiciones y se les cuida según sus necesidades"
Los caballos, por su parte, también pasan por una selección y un proceso de adaptación. El más joven de la unidad se incorporó hace unos meses: Máximus. Tiene sólo cuatro años y está en plena formación. El más veterano, 23, ya con achaques y tareas más limitadas. "No todos sirven para todo. Hay caballos perfectos para procesiones o actos lentos, pero que no pueden galopar por lesiones. Se les cuida según sus necesidades", asegura Ginard.
En cuanto a las instalaciones, hay satisfacción, pero también margen de mejora. "Estamos en el paraíso, pero queremos cubrir la noria -el espacio de entrenamiento circular- para que los caballos no entrenen a pleno sol en verano, cuando hay alerta amarilla". Es un proyecto que esperan ejecutar este mismo año.
A pesar de la tradición, la unidad no es ajena a los retos. Uno de los principales es mantener y aumentar el número de efectivos. "La administración es lenta. Necesitamos más personal, mejorar el equipamiento, y renovar caballos cuando sea necesario".
"Queremos asumir competencias en casos de maltrato animal"
Entre los proyectos más ambiciosos está la creación de una unidad de protección animal, algo que ya está en marcha. "Queremos que la Montada asuma competencias en casos de maltrato o negligencia con animales, sobre todo equinos. Aquí hay agentes que saben detectar una cojera mínima con solo ver cómo gira la cabeza un caballo. Esa experiencia no la tiene cualquiera".
También mantienen el control de galeras, calesas y vehículos de tracción animal de servicio público. "Controlamos, examinamos a los conductores y hacemos inspecciones. Queremos ir más allá".
Uno de los pilares de la Policía Montada de Palma es el vínculo emocional entre los agentes y sus caballos. Aunque hoy en día no hay un caballo asignado a cada agente, como ocurría antes, la conexión sigue siendo profunda.
"Orión era un caballo muy nervioso, pero percibió que la mujer que le estaba tocando era invidente y se dejó. Estos animales tienen una sensibilidad especial"
Ramón Jiménez, agente de la unidad, relata anécdotas que reflejan esta conexión única. "Recuerdo un caballo, Orión, de carácter muy complicado, muy nervioso. Una vez una mujer se acercó a tocarlo y el caballo se quedó inmóvil, como una estatua. Lo tocaba por toda la cara. Luego supimos que la mujer era invidente. El caballo lo percibió. Esas cosas te emocionan. Estos animales tienen una sensibilidad especial".
Y también hay recuerdos imborrables de caballos que ya no están. "Buscall era un pura raza mallorquina muy elegante y noble. Falleció por complicaciones tras un problema de salud. Este año, en Semana Santa, muchos lo han echado de menos en las procesiones".
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