Pactarán

El día trece, del año que viene, se inicia el proceso de investidura y hay que tener hechos los deberes y estar todos prestos y dispuestos a jugar las cartas.

Estoy seguro que tras el susto del 20 D pactarán. Ustedes se preguntarán:¿ Por qué está tan seguro este comentarista, de que habrá pacto? Pues porque desde el 78 ya he tenido tiempo de haber visto muchas cosas y, como usted, hemos aprendido diferentes lecciones. Hemos asistido a negociaciones que parecían imposibles algunas contra natura, transfuguismos varios, incumplimientos de programa casi todos y excusas para otorgar licencia con dolor de corazón, sí claro, pero cediendo.

Agotarán los plazos, se dejarán querer por mil y uno, permitirán que les cortejen todos los novios pero al final, habrá boda con invitados y oficiante de plasma o de carne y hueso. Así que los catedráticos de la reserva los “manitus”, “naranjitos” y demás que han llegado como comensales a la mesa de la tarta nacional, no perderán su oportunidad de zamparse su trozo por derecho y porque además son tan glotones como los otros dos.

En la mesa mediará la la banca que siempre gana. Aquí el que manda es el dinero, las acciones, las primas, la hermana “Káiser Imperator “ y habrá que inventar acuerdos y dejarse de comedias. Si hay que reconvertirse y redactar una corrección o anexo al programa que haya presentado cada uno, se hace y punto, todo sea por amor al pueblo que ha votado. ¿Acaso los cocineros de hoy no reconstruyen un huevo o dos y te los comes como si fueran unos huevos fritos con patatas de los de la abuela, o deconstruyen una tortilla de papas con cebollino y humus de ostra viuda y parece que han logrado un milagro? Pues eso mismo harán ellos: tragar, porque no hay más huevos que los que nos quedan y las gallinas ponedoras son de ellos, los que disponen lo huevos a voluntad.

Evaporados los efluvios de la borrachera del primer día, están sacando del cajón de los proyectos a los personajillos sabios y a los seres ingeniosos que todos tienen en la reserva del armario para asesorarse. ¿Acaso alguien piensa que antes de sentarse a la mesa de juego no habían valorado todas las posibilidades? Llevan meses ensayando una y mil fórmulas para pactar y, sin descartar ninguna faltaría más. A pactar, a unirse en matrimonio aunque no sea santo, aunque sea de conveniencia o por poderes. Que habrá desavenencias, claro que las habrá, en cada esquina, pero seguirán pactando renegociarán puntualmente los acuerdos y el reparto de bienes. Ahora mismo los tiempos no dan para divorcios ni drásticas rupturas. Puede haber algunas puestas en escena y algunas sobreactuaciones para la galería, fuegos artificiales y tracas finales, pero todos saben que el tiempo apremia, que los del dinero cuentan los días y las horas y, los votantes, no estamos para repetir elecciones porque de ser así, el tiro a más de uno le puede salir por la culata.

Venga pues, no “embuliquem més la troca” que el año termina y hemos de brindar por un parto sin mucho dolor que ya estamos hartos de inocentadas. Nadie os ha pedido un Presidente, os pedimos un acuerdo para que el pan y la justicia lleguen a la mesa de todos.

Pues eso, que más temprano que tarde pactarán, aunque tengan que pedir el favor a la “Reina Maga”. Pactarán, posiblemente ya sea el año que viene, pero pactarán. Feliz año nuevo amigos.