Categorías: OPINIÓN

Otros tiempos, otros lugares, los mismos vicios

EMILIO ARTEAGA. En las pasadas dos semanas he estado leyendo un libro de relatos de Vsévolod Garshin, un escritor ruso-ucraniano, nacido en 1855, cuya vida estuvo marcada por la desgracia y el desequilibrio mental, que acabó suicidándose con 33 años, en 1888, por el poco eficiente método de arrojarse por el hueco de la escalera del edificio en el que vivía, lo que le supuso varios días de lenta y dolorosa agonía antes de conseguir el descanso definitivo. A pesar de su corta carrera consiguió ser reconocido como una figura representativa de la emergente nueva literatura rusa, que culminó en las décadas final del siglo XIX e inicial del XX en la denominada “Edad de Plata”, en la que él ya no llegó a participar, como indica el prologuista del libro, José-Carlos Mainer. Turguénev le profesaba especial consideración y le tenía por uno de sus continuadores y el mismísimo Lev Tolstói le equiparaba con Chéjov, nada menos. La obra de Garshin se compone de apenas una veintena de cuentos y uno de ellos, El encuentro, publicado originalmente en 1879, que está incluido en la selección que estoy leyendo, aunque escrito hace más de 130 años, resulta sobrecogedor en su actualidad.

 

En el relato, un joven profesor, Vasili Petróvich, acaba de llegar, desde San Petersburgo, a una ciudad portuaria, que no aparece identificada pero que, por el contexto, debe de estar localizada en el Mar Negro, ya sea en el litoral de la actual Ucrania o de Rusia, donde ha ganado una plaza en una escuela y donde piensa establecerse. Se trata de un joven idealista que se ve a sí mismo como alguien que va a dedicar su vida a la educación de los jóvenes y a formar una familia, viviendo modestamente de su salario, complementado con algunas clases particulares. Paseando por la ciudad se encuentra con un amigo de su época de estudiante, Nikolái Kudriashov. Tras las efusiones iniciales, Nikolái invita a Vasili a su casa y éste empieza a descubrir cosas inquietantes en el estilo de vida de su amigo. Nikolái dispone de un coche de caballos, en propiedad, incluidos los caballos, tiene un asistente, vive en una casa magnífica de piedra con jardín por la que paga un alquiler exorbitante, con muebles y elementos decorativos de dudoso gusto pero caros. Vasili manifiesta su sorpresa y le pregunta por su salario, a lo que su amigo le responde que como ingeniero secretario provincial, un cargo de muy alto nivel en la estructura funcionarial de la Rusia zarista, gana un sueldo que apenas cubre un mes de alquiler de la casa y directamente, sin ambages y sin pudor, le reconoce que gana muchísimo dinero de manera irregular, aprovechándose de su cargo. Pasan al comedor, donde el asistente ha preparado una cena con manjares de lujo, buen vodka, buen vino. Después de la cena Nikolái saca tabaco de la mejor calidad, carísimo. Mientras fuman y siguen bebiendo, Vasili le retrae su conducta y le manifiesta su incredulidad ante el tipo de persona en que se ha convertido, a lo que Nikolái le contesta que no hace nada que no hagan todos los demás, que lo importante es saber aprovechar las oportunidades y que muy probablemente él pronto hará lo mismo. En el transcurso de la conversación, Nikolái explica el origen de tanto dinero extra. Se trata de una obra pública, la construcción de un dique rompeolas para el que, debido a la profundidad del mar, deben colocar primero una “cama” de piedra. Cada año, después del invierno, envían un informe a Moscú sobre los supuestos daños que los temporales han producido en la estructura y su necesidad de reparación, para lo que solicitan, y consiguen, un presupuesto extra. Dado que tales daños no existen, el presupuesto extra va a parar a los bolsillos de los cómplices: altos funcionarios, ingenieros, constructores, etc. Existe toda una red de complicidades, que afecta a todos los niveles de la administración y a las empresas privadas. Vasili se muestra horrorizado, no solo por los hechos, sino por la total desfachatez de su amigo, pero tampoco es capaz de considerarle un delincuente despreciable, prevalecen en él los sentimientos de amistad y cariño.

 

Finalmente, Nikolái le lleva a un extremo de la casa, para mostrarle su posesión más extravagante: un enorme acuario, diseñado según el modelo del de Berlín, pero a escala privada, lleno de peces y plantas de múltiples especies, dotado de iluminación artificial (un lujo asiático en 1879) y de un sistema de captación de agua marina. En un primer momento, Vasili queda extasiado ante la belleza de la instalación, pero se horroriza al conocer su coste estratosférico y pregunta a su amigo si no tiene ningún problema de conciencia. Mientras tanto, ambos contemplan como un pez está dando caza a otro más pequeño y, cuando lo tiene acorralado y parece que va a conseguir su objetivo, otro pez depredador se adelanta y se come a la presa. Nikolái comenta a Vasili que le encanta pasarse horas mirando a los peces, que solo se preocupan de ganar a sus contricantes en la competencia por la comida y que, al igual que ellos, ha eliminado en sí todo rastro de remordimientos porque ¿para qué sirven?. Como colofón, Nikolái apaga la iluminación del acuario y se lleva a su amigo de vuelta al comedor, donde el asistente ha dejado preparada un botella de champán.

 

Alia tempora, alii loci, eadem vitia.

Mallorcadiario.com

Compartir
Publicado por
Mallorcadiario.com

Entradas recientes

Sophie Auster presenta su disco más íntimo y emocional en Binissalem

‘Milk for Ulcers’, un álbum marcado por la pérdida de su padre Paul Auster y…

3 horas hace

Cerca de 30 municipios de Mallorca tendrán apoyo del Consell para renovar sus planes urbanísticos

La institución insular amplía la convocatoria de cooperación hasta los 10.000 habitantes y permitirá actualizar…

4 horas hace

Trata de evitar el desahucio de su madre y acaba con la cabeza abierta

El presunto autor, un hombre de 37 años y origen argelino, aprovechó que la víctima…

6 horas hace

Pensión de hasta 564 euros para las amas de casa en España

Más de 460.000 personas reciben esta pensión no contributiva que busca reconocer el trabajo no…

7 horas hace

Muere un motorista de 28 años tras un choque frontal entre Calonge y Cala d'Or

Un joven de 28 años ha perdido la vida este viernes santo por la mañana…

8 horas hace

El SAMU 061 activó el código politrauma 462 veces en 2024

Los accidentes graves aumentaron un 10 por ciento en Baleares durante 2024. El SAMU 061…

8 horas hace

Esta web usa cookies.