Categorías: OPINIÓN

¿Estaríamos mejor si España fuera una república?

¿Quién ha elegido al Rey para que ocupe la Jefatura del Estado en España?

Durante los años de la Transición, sólo Izquierda Unida y la aún más minoritaria Esquerra Republicana de Cataluña se atrevían a cuestionar la existencia de una monarquía en España. Pero, cada día más, estas posturas republicanas se ven respaldadas por más ciudadanos que empiezan a sentir que también el Jefe del Estado debe ser un ciudadano normal, que no herede el cargo de Jefe del Estado, que no siga viejas líneas dinásticas que carecen de sentido. Bastó que un miembro de la familia real, Iñaki Urdangarín, esté bajo la sospecha bastante fundamentada de haber cometido algún delito, para que parezca que emerge una poderosa ola crítica con la Corona, como si acábaramos de descubrir la raíz de los males de España, como si la función mediadora del Jefe de Estado fuera la que nos ha llevado a esta situación calamitosa que estamos sufriendo y, sobre todo, como si la familia real hubiera utilizado oscuras tretas para ocupar el puesto privilegiado que ocupa, como si se hubiera instalado allí sin nuestro consentimiento. De forma que circulan vientos de cambio, a la espera de que alguien coja la bandera.

La pregunta que abre este artículo va normalmente acompañada de recordatorios a por qué el Rey es inmune a las Leyes, por qué tiene que recibir unos emolumentos con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, etcétera. Como es propio en un país que ha colocado a Belén Esteban como un referente intelectual, los medios de comunicación que hasta ayer mismo sobreprotegían a la Corona porque así creían sintonizar con la sociedad, hoy parecen haberse lanzado también a la crítica despiadada porque, además de no encontrar respuestas a estas preguntas, queda maravilloso cuestionar a la Corona, que al fin y al cabo es el poder.

UNA DECISIÓN EXCLUSIVAMENTE NUESTRA

Sin embargo, todas estas preguntas para las que hoy nadie halla respuesta se contestan de forma extramadamente simple: tenemos Corona, tenemos esta familia real, porque el 88 por ciento de los españoles votamos en un referéndum libre y abierto que queríamos la Constitución de 1978, con esta forma de Jefatura de Estado. Es cierto que votamos a la Corona dentro de un paquete más amplio en el que no cabía descartar unas partes y aceptar otras, pero también es verdad que todas las encuestas que se hicieron en los años iniciales de la Transición demostraban que los ciudadanos aceptaban esta institución y particularmente a la propia persona del Rey. Este apoyo, que provocó admiración en los países de nuestro entorno, se disparó aún más en 1981, cuando el Rey jugó un papel clave en la defensa de la democracia, en momentos tremendamente comprometidos.

El referéndum constituyente de 1978, que aprobó que España era una monarquía parlamentaria, como cualquier especialista admitiría, fue una cita con una dimensión muy profunda: se decidían los mecanismos, el modelo, los instrumentos para gobernar el país, algo que los demás países civilizados no cambian cada dos por tres. Son las bases, los cimientos en los que se asienta un régimen político, y por lo tanto es obvio que necesitábamos el mayor consenso de los partidos y el mayor apoyo social. Y los tuvo. Amplísima mayoría, lo cual debe interpretarse como una decisión sólida, que no debería cuestionarse cada pocos años. No es que sea una cuestión intocable, pero estos no son temas del día a día, sino que son las reglas de juego, y esas no se cambian con frecuencia.

Nada de aquel apoyo masivo equivale a un salvoconducto para la irresponsabilidad que, al parecer, ha existido. En España, cualquier persona, sea quien sea, debe asumir la responsabilidad de sus actos y responder por ello, con las garantías del sistema judicial. Y una democracia sólida debería ser capaz de actuar con claridad y con eficacia en este sentido, sin que ello equivalga a cuestionar el modelo que nos hemos dado.

LOS PRESIDENTES Y LA CORRUPCIÓN

Por pura coincidencia, estos días estamos viendo cómo Alemania, una gran nación europea, ha visto la dimisión de su jefe del estado por supuestos casos de corrupción. Es el segundo presidente que dimite en tres años. ¿Significará ello que los alemanes ahora van a cuestionar su republicanismo y van a volver a buscar un emperador? Por supuesto, las figuras jurídicas en las que se sustenta un estado van más allá de estos lamentables avatares y nada va a cambiar, salvo las personas.

Este debate nos debería conducir a hacernos preguntas mucho más sencillas: ¿habríamos estado mejor estos treinta años con jefes de estado elegibles que con la monarquía? Es verdad que al Rey, que elegimos en 1978, no lo volvemos a votar. ¿Pero cree alguien que serán los ciudadanos quienes van a escoger libremente a un presidente o, al final, no serán los partidos quienes nos den el menú cerrado? La Corona cuesta dinero, pero ¿es que el presidente saldrá gratis? ¿Es que no tendrá un palacio y una especie de corte? ¿Y las campañas electorales no nos costarán? A mi entender, el balance de estos años monárquicos es bastante aceptable, no excesivamente caro y, aunque tenga sus fallos, no creo que una república nos hubiera permitido estar más a salvo de pillos y mangantes.

En cualquier caso, si miramos nuestra historia de los últimos dos siglos, es evidente que España no ha hecho otra cosa más que discutir las reglas de juego, el modelo de estado, su forma de organización. Lo hemos discutido tanto que nos hemos enredado horriblemente, llegando incluso a las armas y, en cambio, parecemos olvidar que, dentro de un orden, casi da lo mismo que el modelo sea el mejor o el segundo mejor, que al final lo decisivo no es si las instituciones son las ideales sino si con ellas vamos a cambiar la formación, la educación, la economía, el bienestar, la calidad de vida de los habitantes de este país. Más que interminables discusiones sobre el modelo, deberíamos centrarnos de una vez por todas en los ciudadanos.

 

Javier Mato

Compartir
Publicado por
Javier Mato

Entradas recientes

Felanitx detiene el tiempo con un Davallament que conmueve el alma

Miles de personas llenan la Plaça de Santa Margalida en una representación única que celebra…

31 minutos hace

De niños prodigio o niñocagaos

Ser Niños Prodigio tiene sus aristas. De todos es conocido el caso del pequeño Wolfang…

2 horas hace

La ‘processó del Sant Enterrament’ llena las calles de Palma de emoción y sentimiento

La ‘processó del Sant Enterrament’ vuelve a llenar el centro histórico de emoción y sentimiento.…

3 horas hace

Sophie Auster presenta su disco más íntimo y emocional en Binissalem

‘Milk for Ulcers’, un álbum marcado por la pérdida de su padre Paul Auster y…

7 horas hace

Cerca de 30 municipios de Mallorca tendrán apoyo del Consell para renovar sus planes urbanísticos

La institución insular amplía la convocatoria de cooperación hasta los 10.000 habitantes y permitirá actualizar…

7 horas hace

Trata de evitar el desahucio de su madre y acaba con la cabeza abierta

El presunto autor, un hombre de 37 años y origen argelino, aprovechó que la víctima…

10 horas hace

Esta web usa cookies.