No es más que arena

Enorme la polémica generada por la Associació d’Amics del Poble Saharaui de Balears, al denunciar el “expolio” de 35.000 toneladas de arena del Sáhara Occidental con destino a las playas de Mallorca. Enorme y desmesurada. En primer lugar, ha de decirse que la denuncia de la citada entidad, efectuada el lunes pasado, está plagada de inexactitudes que se han ido conociendo progresivamente. Ni se trata de tal cantidad de arena, sino de tan solo 4.300 metros cúbicos, lo que equivaldría a 8.000 toneladas; ni va destinada a regenerar las playas, sino a la construcción o a campos de golf como elemento natural de filtrado.

Por otra parte, denunciado un supuesto “expolio” sin aportar la más mínima prueba, se incurre en una acusación muy seria que hay que probar, cosa que no se hace. Y que tal acusación sin pruebas mueva a los grupos parlamentarios a posicionarse en contra de la importación del material, es aún mucho más grave. Según la RAE, expoliar es “despojar algo o a alguien con violencia o con iniquidad”. Parece lógico que si Amics del Poble Saharaui atribuye tal comportamiento a alguien, lo pruebe. Que demuestre que la venta o adquisición de la arena se ha hecho ilegalmente y sin cumplir con los trámites aduaneros correspondientes a toda importación desde territorio extracomunitario.

La solidaridad que la causa del pueblo saharaui despierta, no ha de llevar a nadie a la obcecación ni muchísimo menos a exigir de mala forma que se impida la importación del material, si es que cumple con la exigente normativa en esta materia. Que se sepa, estamos hablando de arena, algo que parece no escasear en el desierto del Sáhara occidental. Si los propietarios legítimos de este material, que no se sabía tan preciado por todos los grupos del Parlament de les Illes Balears hasta ahora, lo ha puesto a la venta, y alguien lo ha comprado, ¿a qué viene rasgarse las vestiduras de esta forma tan escandalosa? Y aún menos contra la empresa consignataria del barco que efectúa el transporte.

No parece que la situación de legalidad internacional respecto al Sáhara occidental esté en manos de ser resuelta por el Parlament de les Illes Balears, de modo que cabe exigir mayor prudencia a nuestros políticos, porque no estamos hablando de material humanitario con destino a los campos de refugiados del sudoeste de Argelia, sino de arena del desierto. Y menos de la cuarta parte de la denunciada por Amics del Poble Saharaui. Un poco de rigor y mesura no estaría de más.