OPINIÓN

El espíritu de la Gastrobacanal Menorca

Antoni Juaneda | Viernes 14 de marzo de 2025

Borja “Matoses” abrió el camino, y Sión Bosch y yo, amigos de juventud y socios en Cómete Menorca, nos dispusimos a transitarlo con él. “¿Por qué no organizamos una comida dedicada al libro Art de la Cuina, de Fra Roger? Podríamos juntar a unos cuantos cocineros y amigos y experimentar versionando platos de este magnífico recetario de cocina menorquina del siglo XVIII”. Nos encantó la idea, coincidimos en quienes serían los primeros anfitriones, Nuria y Dani, de Sa Pedrera des Pujol, pusimos fecha y convocamos a un grupo variopinto de profesionales y aficionados a la gastronomía.

Así nació la primera Gastrobacanal, hace 10 años, en Sa Pedrera, en Torret (Sant Lluis), uno de los grandes templos de la gastronomía insular, donde ejercen Dani Mora en cocina y Nuria Pendás en sala y donde haga falta, demostrando siempre oficio, compromiso y mucha generosidad, siempre dispuestos a aportar y sumar cuando se trata de dar valor a la gastronomía.

A la excelente comida que dedicamos al libro Art de la Cuina en esta primera Gastrobacanal siguieron dos homenajes, dos emotivos reconocimientos a dos grandes cocineros, Miquel Mariano (Ca N’Aguedet) y José Borrás (Rocamar), también en Sa Pedrera. Siempre con un grupo de excelentes cocineros y amigos, pasamos por otro de los grandes, el restaurante Mon regentado por Felip Llufriu en Ciutadella; en 2019 la finca Binidonís, en pleno campo, acogió otra magnífica Gastrobacanal con David Coca y Mónica como anfitriones. En Smoix, Ciutadella, hicimos un tributo a la cocina de la dominación francesa en Menorca; al año siguiente es festín tuvo lugar en Ca Na Marga (Fornells) y el año pasado el bueno de Biel “Calucha” acogió un homenaje al centenario del libro De Re Cibaria, de Pere Ballester.

El lunes pasado celebramos la X edición del evento, “Del mar a la mesa”, en Ulisses, con Joan Canals, en la plaza del Mercado de Ciutadella. Una maravilla el entorno, un lugar emblemático para la el producto de Menorca, y un local con solera, un clásico que Joan Canals ha sabido convertir en un pequeño templo de la cocina marinera de proximidad. Además, para mí tiene un plus de emotividad, recuerdos de mi infancia, la tienda de vinos de Ulisses pegada al bar era la entrada de la casa de mis abuelos, s’avi Colau de Sa Nacra y s’àvia Margarita, y yo pasaba largas temporadas allí, “viviendo” Sa plaça des Peix.

En un ambiente de muy buen rollo, de risas, de bromas, de reencuentros, el grupo de cocineros convocados para la ocasión prepararon en tándem este menú, maridado con excelentes vinos seleccionados por Joan Canals, y un magnífico champán sugerido por Borja “Matoses”.

- Aguachile con atún en tres texturas: mojama, semimojana y crudo (Luis Loza-Pruden Izquierdo)
- Ceviche mixto menorquín frito-marinado con leche de tigre mediterránea (Lluc Guix-Pau Sintes)
- Lubina al limón y frita mediterránea (Pere Pons-Joan Bagur)
- Calamares al pilpil de sobrasada (Dani Mora-Victor Bayo)
- Macarrones de vigilia (Santi Taura-Jordi Cobo)
- Ravioli mar y montaña, con gamba y salsa de rostit de pollo (Victor Lidón-Doro Biurrun)
- Morrillo de atún, cebolla porrera de Punta Nati, hinojo marino de Fornells (Jordi Pons-Joan Canals)
- Salmonetes de roca con patata de Olot rellena (Emilio Samblás-Miquel Sánchez)
- Sandwich de vaca y pulpo, crema de apionabo y chimichurri de manzana (Max Gozalvo-Patrick James)
- Crema de cítricos, ceviche de frutas y teja de algas (Sira Veiga)

Para finalizar, me permito reproducir las palabras con las que “Matoses” define la Gastrobacanal, que suscribo al cien por cien:

“Hace una década comenzó a forjarse una indoblegable unión entre los cocineros más importantes de Menorca, un gremio que tradicionalmente había trabajado de manera independiente y atomizada. Con la fuerza que otorga la cohesión, el vínculo de un objetivo común, han liderado una revolución que realza el orgullo por la identidad local, enaltece las materias primas autóctonas y las tradiciones heredadas y entiende la diversidad de la Isla como un privilegio inigualable. El resultado, situar un pequeño territorio como Menorca en el mapa gastronómico mediterráneo”

En cada Gastrobacanal pienso lo mismo: son todos los que están, pero no están todos los que son, que son muchos y muy buenos, y que han ido pasando por las diferentes ediciones. Los he contado, han pasado más de 100 cocineros, restauradores y amigos por la Gastrobacanal. Larga vida!


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