Según expone la Fiscalía en su escrito de acusación, los hechos tuvieron lugar en el domicilio del procesado en una hora no determinada entre las 22.00 y las 00.00 horas del 27 de junio de 2020.
El hombre, de 48 años, aprovechó que la víctima, que entonces tenía 11 años, se había quedado a dormir en su piso, ubicado en Palma, para realizarle tocamientos de carácter sexual mientras ésta dormía.
Pasados unos minutos de la primera agresión, el acusado volvió a entrar en la habitación en la que se encontraba la menor e intentó continuar con los tocamientos. No obstante, la niña se despertó y lo impidió.
El hombre fue detenido un mes después y estuvo privado de libertad un solo día. A consecuencia de estos hechos y ante el temor de que pudieran volver a suceder, indica la fiscal, la víctima ha sufrido episodios de ansiedad.
La representante del Ministerio Público considera que los hechos son constitutivos de un delito de abuso sexual --al haberse cometido antes de la reforma legislativa de 2022, que tipifica como agresión sexual cualquier acto que atente contra la libertad sexual de una persona sin su consentimiento-- e interesa que el acusado sea condenado a una pena de cuatro años de prisión y al pago de una indemnización de 10.000 euros.
Asimismo, solicita que el tribunal le imponga una orden de alejamiento de 500 metros respecto de la víctima y la prohibición de comunicarse con ella durante los próximos 10 años.