El Parlament de las Islas Baleares ha rechazado este martes las enmiendas a la totalidad presentadas por el PSIB-PSOE, Més per Mallorca y Grupo Mixto a los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma para 2025. Con esta decisión, el Govern de la presidenta del PP de Balears, Marga Prohens, consigue vía libre para continuar con la tramitación de unas cuentas que, salvo sorpresa mayúscula, serán aprobadas antes del 31 de diciembre, alumbrando su segundo presupuesto consecutivo desde que asumió el poder el 7 de julio de 2023.
El rechazo a las enmiendas a la totalidad supone una victoria parlamentaria para el Govern liderado por el Partido Popular, que parece contar con el apoyo puntual de Vox, pese a la ruptura en julio de 2024 del acuerdo suscrito entre ambas fuerzas políticas antes de la investidura de Prohens.
Estos presupuestos, que priorizan el aumento del gasto en Sanidad, Educación, Vivienda y Servicios Sociales, han sido objeto de críticas por parte de los grupos de izquierda, que califican las medidas como insuficientes y orientadas a beneficiar a las rentas más altas.
Desde la oposición, se acusa al Govern de consolidar bajadas de impuestos para los ricos y de presentar unas cuentas "irreales". Sin embargo, la presidenta Prohens ha destacado que estas políticas buscan aliviar la carga fiscal de las familias y dinamizar la economía balear en un contexto complicado de ralentización económica en otros países de la Unión Europea.
El paso adelante del proyecto de ley de presupuestos de la Comunidad Autónoma contrasta notablemente con la situación en el ámbito estatal, donde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aún no ha logrado aprobar siquiera el techo de gasto, primer paso para la elaboración de las cuentas de 2025. De hecho, el Ejecutivo España sigue operando con los presupuestos prorrogados de 2023, y es dudoso si el Ejecutivo central podrá aprobar unos nuevos presupuestos a tiempo o si deberá prorrogar los de 2023 por segunda vez.
Prohens demuestra que, pese a las dificultades innegables que supone gobernar en solitario y en minoría, goza de mayor capacidad para avanzar en la aprobación de sus políticas.
Con la mayoría parlamentaria del centro-derecha balear consolidada, pese a los episodios de inestabilidad y división vividos en el seno de Vox, a la oposición le queda poco margen de maniobra en el Parlament.
El PSIB-PSOE, Més per Mallorca, Més per Menorca y Unidas Podemos han optado por un discurso de confrontación, acusando a Prohens de asumir el discurso de odio de la ultraderecha y criticando que el Govern alimenta las desigualdades y beneficia a los ricos y poderosos, en detrimento de la clase trabajadora.
De este modo, la izquierda lo apuesta todo a la movilización social ante la incapacidad de impedir que el Govern apruebe cuantas iniciativas presenta en la Cámara autonómica. Intentan movilizar a la ciudadanía para enarbolar la bandera de lo que ellos consideran una "mayoría social", que les pertenece.
Las críticas de la izquierda a los presupuestos del Govern para 2025 se han centrado especialmente en medidas como la creación de una oficina antiokupación, que la izquierda considera innecesaria y más orientada a generar crispación que a resolver problemas reales de acceso a la vivienda. También a la realización de pruebas dentales a los menores inmigrantes no acompañados, para determinar su edad real.
Con los presupuestos en fase de tramitación y su previsible aprobación antes del cierre del año, el Govern Prohens afianza su estabilidad y desespera a la oposición de izquierdas, que agudiza un discurso histriónico y catastrofista, alejado de la realidad.