Estas revisiones en helicóptero forman parte de la campaña que Endesa impulsa anualmente y contempla la inspección de las infraestructuras y la realización de mejoras en la red. Además, esta campaña consta de una fase previa al período estival por la que se realizan labores de poda selectiva con el doble objetivo de asegurar la continuidad de suministro y reducir el riesgo de incendios, especialmente en un año de sequía que sufren algunas zonas y que requiere extremar las medidas de protección.
Dentro de los programas de mantenimiento, la compañía realiza inspecciones con helicópteros equipados con cámaras termográficas y de alta definición que permiten la inspección al por menor de las infraestructuras y del entorno que las envuelve. La información recibida se procesa aplicando técnicas de machine learning o deep learning y pasa a formar parte de una gran base de datos que permite ver cuáles son los problemas más habituales.
La termografía consiste en sobrevolar las líneas eléctricas con un helicóptero dotado de una cámara de rayos infrarrojos, que graba el cable y detecta si existe algún punto caliente (con una temperatura superior a la del propio cable, es decir, con el riesgo de sobrecalentarse), algo imposible de detectar a simple vista y que puede indicar un mal funcionamiento del cableado.
En el caso de detectar alguna anomalía, como las coordenadas del “punto caliente” quedan registradas, automáticamente se activa el mecanismo para arreglarlo de forma rápida. Este mantenimiento predictivo y preventivo de las instalaciones de la compañía permite evitar posibles incidencias y averías futuras.
Las revisiones termográficas no sólo se realizan en helicóptero, sino que también se complementan con revisiones oculares aéreas a pie de línea.