La Guardia Civil detuvo el pasado día 26 al segundo entrenador de un equipo de fútbol por un presunto delito de lesiones al haber agredido al entrenador del equipo rival.
Se disputaba un partido entre dos equipos de categoría cadete en el campo de fútbol de Llucmajor, cuando en un momento dado se requirió la presencia de la Guardia Civil por una supuesta pelea multitudinaria.
Al parecer, cuando terminó el partido, los jugadores de uno de los equipos se acercaron increpando a la grada del equipo rival. Ante tal hecho, el entrenador del equipo rival intentó alejarlos, llevándolos a su campo para que no alterara a los aficionados. Fue entonces cuando uno de los jugadores empujó a este, que cayó bruscamente al suelo y, estando en el suelo, el entrenador del equipo contrario le propinó una fuerte patada en la cara, provocándole un gran hematoma y fracturándole la nariz.
Una vez que los agentes se entrevistaron con ambos entrenadores, el presunto agresor dijo que no sabía el alcance de las lesiones que había producido al entrenador del equipo rival. Tras ser informados del procedimiento a seguir y haber realizado la correspondiente denuncia, el presunto agresor fue detenido por un supuesto delito de lesiones.
La Guardia Civil ha aclarado que fue el segundo entrenador el protagonista de la agresión, aunque inicialmente se le atribuía la responsabilidad al principal preparador.
Días después del incidente, el club que entrnaba la víctima publicó el siguiente comunicado: "La familia del club expresa su más enérgica condena ante la agresión sufrida por nuestro entrenador el pasado sábado 26 de octubre, durante el partido de Cadetes 1ª regional GRUPO E. Este acto de violencia gratuita no solo atenta contra la integridad física de nuestro entrenador, sino que también empaña la imagen de todo el deporte base".