Ese mismo año, la Organización de las Naciones Unida lo declaró «Año mundial de conmemoración de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial», un terremoto en Japón dejaba 6.400 muertos, se recuperaban obras robadas en Estocolmo de Picasso y Braque, se inauguraba el parque de atracciones Port Aventura en Tarragona, Heroes del Silencio ofrecían su último concierto.
En España se celebraba el primer juicio con jurado popular y tenía lugar en Palma, los miembros de la Unión Europea acordaban en Madrid la creación del euro, salían a la venta, La piel del tambor de Arturo Pérez-Reverte y Ensayo de la ceguera de José Saramago, se estrenaban Los puentes de Madison de Clint Eastwood, Mel Gibson con Braveheart, Pocahontas, Toy Story, Jumanji, Batman Forever, en Virginia el actor Christopher Reeve que había encarnado en el papel de Superman sufre un accidente mientras montaba a caballo y queda paralítico, Dire Straits anunciaba su separación, se emitía el último capítulo de la serie de Antena 3 Televisión que batió todos los records de audiencia con casi 14.000.000 de espectadores, Farmacia de Guardia, el grupo Secret Garden que representaba a Noruega se hacía con el Festival de Eurovisión con “Nocturne”.
Empiezo la entrevista pidiéndole que se sitúe en algún momento de su infancia…
- Me acuerdo de un ratón negro peludo de juguete que mis padres compraron para el gato, a mí me daba pánico y repelús. Hacía tiempo que no pensaba en ese puñetero bicho. Yo era un niño distante, poco sociable, me gustaba el espacio alrededor de casa, las vistas a la costa y al mar de Santa Ponsa y mi afición al dibujo comenzó muy pronto. Mientras a mis compañeros les gustaba jugar al fútbol o al básquet, yo me entretenía dibujando.
Pasa tan rápido por su adolescencia que la respuesta queda casi invisible…
- Seguía siendo antisocial, me encerraba mucho en mismo, en no perder el tiempo y durante un tiempo abandoné el dibujo y me dediqué a ampliar mis estudios. Con dieciocho años recuperé el interés y comencé a hacer obras de puntillismo con tinta china.
Luego llega una etapa como tatuador, en pierna derecha un demonio y un X, en su mano derecha “I don’t wanna sleep tonight”.
- Sí durante un largo periodo me dedique al tatuaje, pero no me llenaba, aunque no me quedaba otra hasta que dije basta. No me llenaba, me sentía vacio, yo quería pintar con óleos.
Y comienza a pintar y a sentirse capaz de mostrar lo que pinta.
- Así fue. Desde hacía tiempo me gustaba coleccionar huesos, cráneos y calaveras de animales y empecé a hacer bodegones al óleo con esos elementos. Experimenté con colores tierra, el cromatismo. Todo eso siendo autodidacta. En 2018, me propusieron participar en el Centro Cultural Can Gelabert de Binissalem en una actividad que titularon Tropicana Dream Fest, una especie de mercadillo de dos días de duración, en el que yo era el único pintor, los demás presentaban ropa, artesanía, etc. El primer día que coincidió en un sábado fue una verdadera decepción, no vino nadie, me sentía desafortunado. Al día siguiente en domingo todo lo contrario. Ahí vendí mi primer cuadro y nunca jamás cuando alguien ha adquirido una obra mía, he vuelto a sentir aquel grado de satisfacción, aquel “subidón” de adrenalina.
En 2018/2019 expone en la Sala Rumba – Kack Art Show de Palma y en la Fundació Can Torró de Alcudia y a partir de ahí en numerosos espacios. Has ido conociendo y compartiendo colectivas también con otros artistas ¿Qué tal esa relación?
- Me siento a gusto al compartir esa admiración por la pintura con otros artistas, con algunos hay complicidad y amistad. En 2023 hice una colectiva en Mystic Tatoo Factory del Arenal, pintando en directo con Franck Sastre, Navarro D’Garem y Marc Gómez y disfrute de estar a su lado, de ese impulso que te lleva a expresarte con un pincel sobre una tela en blanco y ese caso a cuatro manos. Es una experiencia distinta a la de cada día en la soledad de tu estudio.
¿Pasas muchas horas del día pintando?
- En verano no tanto ya que ayudo en el supermercado de mis padres. En mis horas libres. En invierno no tengo horario, pinto cada día sin mirar el reloj. Seguro que alguna vez catorce horas.
¿Cómo se siente cuando no puede dedicarse a la pintura?
- No sé si la comparación es la más idónea, pero yo diría que como aquella persona que va al gimnasio y sigue una rutina, un control y de repente eso se tuerce. Me gustaría poder pintar cada día.
En 2023 también realizó una muestra en el Hotel Som Espanya de Llucmajor, otra en el Hotel Artmadams y otra en Zebra One Gallery de Londres. Me comenta que nunca le ha gustado idolatrar a ningún personaje en ningún ámbito, pero le pido que escoja a un artista que le levante el vello.
- Escogería a Francis Bacon porque profundiza en el ser humano, dejando rastro sobre sus pinturas. Ya decía él que le agradaría que quedase una huella como si un caracol hubiese pasado por allí dejando su baba. Su manera de interpretar la figura humana y la vulnerabilidad, la deformación, me llaman la atención. En cambio otros artistas internacionales como Dali o Warhol con otras expresiones y otras técnicas no me producen ese efecto. Las considero más superficiales.
2024 habrá sido prolífico en exposiciones, en la Sala Muse, en la inauguración de The Dalia Club (Neutro Galleries) Villa Dalia, Palma, en la Nit de l’Art de Palma estuvo en el Hotel Artmadams y Can Boni Gallery y también expuso en LAB Summer 24 LAB Gallerie en Quebec – Canadá. Hábleme de la sensación de enfrentarse a nueva pieza.
- Me produce siempre mucho respeto. A veces empiezo impulsivo con una idea que tengo en la cabeza y me siento como si fuera un Dios. De pronto la obra se complica y me regresa a la realidad. Ese querer dominar la situación, conducir la obra hacía donde uno quiere, esa lucha contra los elementos cuando se produce la energía en tu interior y tienes que saber escoger.
Le agrada la música Rap, el Rock, la música Tecno que le suele acompañar cuando pinta. De la literatura destaca su predilección por la filosofía de Frederic Nietzsche. ¿Qué puede revelarnos de sus aficiones?
- Me gusta jugar al ajedrez y cuando puedo lo practico online. Otra de mis aficiones es coleccionar huesos de animales y la fotografía que la aplico a mis pinturas. Es un trabajo que comparto con mi novia que es modelo, Veronika Afonina, que por ser ucraniana pasa por una situación complicada ya que tiene a su familia en un país que sufre una guerra. Vino a Mallorca con solo nueve años.
Me imagino el futuro de un artista atípico que camina sin fijarse en quien pasa por su lado, que no permite contagiarse a pesar de ser consciente de la necesidad de impregnarse de cierta savia. Un joven que descubre y se ejercita en su afán introspectivo, pero que siempre tiene las válvulas abiertas del lugar donde habita. Presiento una aleación de pintura y fotografía que diera como resultado la indeterminación que durante siglos los artistas han vagado de un desconcierto a otro para lograrla. Pintar y a cada nueva pieza, despintarla, desandar todo lo andado. ¿Eres más de trabajo o de inspiración?
- Soy persistente, por tanto creo primero en la dedicación a la creación, la inspiración acaba por aparecer si trabajas.
Mientras nos despedíamos y María pulsaba una última fotografía, me fijé en que una esbelta figura femenina se traslucía en la piel de un lienzo sostenido en un lateral de la pared, tuve la impresión de que surgía de debajo de aquella fina capa de hielo y se transportaba a otra obra cercana. Se desenvolvía lentamente y con elegancia. Este es un breve testimonio de una visita al nuevo estudio, cercano al Hotel Almudaina, de este joven artista que está conociendo sus propios límites para enfrentarse a la aventura de encontrar un espacio en el universo pictórico.
Texto: Xisco Barceló
Fotografías: María Valiente