OPINIÓN

Marga Prohens, la azul

Marc González | Miércoles 09 de octubre de 2024

Menuda memez esta de pretender que la mejora del transporte público, las medidas anti-saturación, la gratuidad de la etapa educativa 0-3, el fomento de la construcción de vivienda a precio regulado, el impuesto de turismo sostenible o la erección de centros educativos son políticas patrimonio de la izquierda.

Quienes así lo afirman lo único que tratan es de desviar la atención por su inexplicable inacción a lo largo de ocho interminables años, intentando arañar apoyos entre los escasos desinformados.

Lo que el Pacte dominaba a la perfección era eso de hablar, anunciar, acuñar consignas y eslóganes, prohibir (con sádica delectación), subvencionar todo lo improductivo y pontificar, sobre todo, pontificar mucho para domesticarnos a nosotros, descarriadas almas sin criterio. En cambio, el verbo hacer siempre les pareció muy facha a los progres, de ahí que las huestes de Francina Armengol se hayan pasado dos legislaturas sin ejecutar ni una sola infraestructura; literalmente, sin dar un palo al agua. Y Negueruela fue siempre el alumno aventajado, el campeón de la nadería política.

A Marga Prohens, en cambio, le reprochan que, en lugar de inaugurar siete veces infografías acerca de una línea de tranvía de la que, tras más de quince años, aún no existe -ni existirá- un solo metro de vía, se haya limitado a presentar un proyecto de transporte ferroviario en firme que, al contrario que el fantasmagórico plan de Més y PSIB viene para solucionar problemas de movilidad y no a crear otros peores en el corazón de Palma.

Cierto es que muchas de estas apuestas requieren materialización para refrendar un crédito que a Prohens todavía se le supone, pero que necesita apoyar en promesas cumplidas. Lo relevante, en todo caso, es que, en poco más de un año, se han hecho muchas más cosas que en ocho. Si la presidenta del Govern consigue ejecutar, aunque fuere solo la mitad de todo aquello que ya está en marcha, la izquierda -y la asilvestrada derecha de Vox- pueden esperar tranquilamente sentados el día en que conseguirán alcanzar el poder, día que, obviamente, llegará, porque la alternancia es la esencia misma de la democracia.

En cualquier caso, la eficacia en la gestión -la gestión misma- no solo no son patrimonio de la izquierda, sino, que, desde luego en nuestra Comunidad, son patrimonio cuasi exclusivo del centroderecha, de Cañellas a Prohens pasando por Munar y Matas.

Por tanto, no hace falta degradar a Prohens tildándola de “roja” por ser eficaz. Si cumple con lo anunciado, podrá, con todo merecimiento, presumir del color azul y oro del centroderecha europeo.


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