Quien diga que los españoles no sabemos hacer cosas, no sabe de qué habla. Pero, como siempre, nos pasamos de frenada.
Una editora acaba de sacar una colección de cromos titulada QROMO IMPERIUM: Una colección de 60 cromos serigrafiados en una calidad extrema en acero inoxidable que es “un tributo a las vidas de hombres y mujeres que durante 400 años no solo contribuyeron a forjar y desarrollar un imperio, sino que con sus acciones y obras, con sus defectos y virtudes, crearon un sentimiento común y universal: la Hispanidad”.
Empieza con Isabel I y termina con Ramón y Cajal. El cromo presenta una imagen del personaje y detalla 6 de sus virtudes y detalles de su carácter. Si le das la vuelta al cromo, el inevitable código QR te reproducirá un audio de 10 minutos con los hechos más memorables de cada uno.
La colección se divide en cuatro apartados: ÉPICOS, BALUARTES, OLVIDADOS y GENIOS. La verdad es que se lo han currado porque incluyen algunos que tenía yo olvidados o los conocí por casualidad a través de mis caóticas lecturas…
Hasta aquí, una ingeniosa iniciativa que supongo, pretende ser una primera lanza contra la Leyenda Negra.
Pros
La reproducciones se han realizado con Inteligencia Artificial, obviamente inventadas y a criterio de la maquina, lo que facilita que todos nuestros personajes históricos sean reales, guapísimos y hasta sexys como el caso de Catalina de Erauso (la famosa monja soldado) o como no podría ser de otra manera, la polvorona de Malinche. De hecho todas las héroinas están de toma pan y moja. Las reinas dignas y elegantes y las monjas serenas como Ingrid Bergman. Lo de ellos es de escándalo. Hasta Ramón y Cajal o el Cardenal Cisneros ligarían en una sesión de Tardeo en Ibiza.
Contras
15 mujeres y 45 hombres. Se ha intentado lo de la paridad pero si no hay, no hay. Los que sabemos un poco de historia tampoco encontramos mucho gay en esta selección, que supongo que los habría. En este sentido el colectivo deberá hacer una revisión histórica que buena falta hace, para dignificar un poco al gay histórico o con historia.
Es una edición limitada: 2492 unidades. Por lo que proselitismo el justo y prestarla menos, ya que con un precio de 446,28 euros… ¡A ver quien tiene ganas de perder un cromo!. Es decir, habrá que esperar al menos 40 años para encontrarla a buen precio en librería de viejo.
Tampoco me parece que factores tan determinantes en una colección de cromos como el “tengui y falti” vaya a ser viable.
Esta es la clásica colección de cromos que hace el padre para los hijos. “Para Guardar” que se decía antes. Vamos mal, ya que precisamente el niño termina cogiéndoles manía y luego viene el drama de las herencias, y a ver quien se la queda.
Tampoco creo que se la lleven de viaje para que los niños vayan jugando con ella en el coche y leyendo los QR, cosa que irremediablemente termina de dos maneras: El padre tirándola por la ventana y hasta los cojones de oír la historia de Agustina de Aragón mil veces o manchadas irremediablemente de coca cola, zumo, batido y rebozado de Chetos cuando no mordisqueadas por el perrito y olvidadas en el primer Airbnb.
Para finalizar la colección anda escasa de mestizaje. De hecho no hay ninguno que yo haya visto, con la excepción de la polvorona Malinche como he dicho anteriormente.
Yo veo que la colección tiene otro público. Ya me entienden.
El precio no es alto, por lo que el Ministerio de Exteriores y de Cultura podrían estirarse un poco y prepararlo como Regalo Oficial para mandatarios extranjeros y que vean como el ingenio español no ha caducado.
La iniciativa me parece bonita y en formato papel funcionaría para los más pequeños a los que las madres intoxiquen todavía con pastelitos con azucares y aceite de palma, aunque seguro que hay más formas. No obstante, aquí nos encontramos con otro escollo.
Yo recuerdo que cuando llevábamos cromos de alguna colección al cole, el profesor los confiscaba, de hecho la gran aventura era recuperarlos del cajón de su despacho y de una tacada tenías todo el álbum. Como mi colegio era del Opus, lo del neocolonialismo, racismo y machismo que difundía Disney no creo que importase demasiado. Lo de los besos no consentidos era otra cosa.
¡No quiero ni imaginar la urticaria de la profesora de Geografía e Historia del colegio público de turno si encuentra un cromo de Teresa de Jesús o Blas de Lezo!.
Más que nada porque seguramente, no tiene ni puta idea ni quienes fueron.
Jorge Llopis Planas, Director de Pecados del Arte.com