El incidente protagonizado por Iago Negueruela, portavoz parlamentario del PSIB-PSOE, al vetar a un medio digital en una rueda de prensa en el Parlament, constata una peligrosa deriva del Partido Socialista contra la libertad de prensa. Esta actitud de descalificación, en la que se etiqueta a un medio determinado como "pseudomedio" o “medio de no comunicación”, atenta contra el derecho de los periodistas a realizar su labor y daña gravemente el derecho de la ciudadanía a estar informada de manera plural y libre.
Este tipo de comportamiento no es un hecho aislado. Cada vez es más común ver cómo el PSOE adopta posturas que buscan silenciar a aquellos medios que cuestionan sus políticas o que son percibidos como incómodos. Lo que resulta especialmente preocupante es que esta tendencia se está consolidando incluso antes de que el Plan de Acción por la Democracia, aprobado por el Consejo de Ministros el lunes día 16 de septiembre para regular los medios de comunicación, entre en vigor. La negativa a responder preguntas legítimas o el veto a determinados periodistas es una señal inequívoca de que algunos sectores del partido buscan limitar el escrutinio público al que están sujetos.
La negativa a responder preguntas legítimas es una señal inequívoca de que algunos sectores del partido buscan limitar el escrutinio público al que están sujetos
La Asociación de Periodistas de las Islas Baleares (APIB) ha señalado con razón que los políticos no pueden eludir preguntas formuladas de manera correcta y en los espacios pertinentes. Esta negativa supone una falta de respeto por el ejercicio profesional del periodismo y revela una falta de compromiso con la transparencia que debería caracterizar a todo partido democrático.
El PSOE debería recordar que la crítica de los medios es una parte fundamental del proceso democrático, y que intentar controlar o descalificar a la prensa es una táctica que socava los principios básicos de nuestra democracia. La Libertad de prensa es un derecho irrenunciable, y la sociedad no puede permitirse el lujo de tolerar intentos de censura encubiertos bajo etiquetas despectivas como "pseudomedios".
Si el portavoz socialista considera que las informaciones que publica el digital en cuestión son falsas, debería acudir a los tribunales. Pero mientras no lo haga, debe responder a las preguntas que se le hagan, incluso para desmentirlas, pues de lo contrario se coloca en un terreno antidemocrático que un partido como el PSOE no puede permitirse.