OPINIÓN

Rolling in the deep

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José Manuel Barquero | Domingo 04 de agosto de 2024

Está volando la chica por los cielos de Paris, un prodigio de potencia, elasticidad y coordinación como no se había visto nunca en la gimnasia deportiva. En los momentos previos a esas acrobacias imposibles, Simone Biles busca con la mirada a su papá en la grada. Así le llama ella, aunque en realidad es su abuelo biológico. Su mamá es la señora que lleva décadas casada con su abuelo. Siendo muy pequeñas, Simone y sus tres hermanas vivieron durante meses en un centro de acogida porque a su madre biológica le retiraron la custodia por su grave adicción a las drogas. Dos de las niñas fueron adoptadas por el abuelo y otras dos por una tía abuela. Con esta biografía a la espalda y después de sus problemas de ansiedad en los Juegos de Tokyo en 2021, es emocionante verla de nuevo acaparando oros olímpicos.

Sobre esta historia de superación venía yo escribiendo el viernes por la mañana en un vuelo con destino a Munich. Había leído que Biles y el resto de deportistas olímpicos están durmiendo en camas de cartón, porque todo el mobiliario de la Villa Olímpica de París se va a reciclar. Me pareció curiosa la coincidencia de estar caminando a media tarde hacia un recinto al aire libre capaz de acoger a 80.000 espectadores, construido expresamente para albergar diez conciertos durante el mes de agosto, y que a finales de mes se desmontará por completo. Antes la magia residía en la construcción de catedrales que resistieran en pie durante siglos. Hoy necesitamos el ingenio de la arquitectura efímera.

Poco antes de las ocho de la tarde, las 80.000 personas que abarrotábamos el Munich Messe nos tapamos como pudimos para soportar el breve pero violento aguacero que descargó sobre la capital bávara. Sólo unos minutos después nos sentimos secos, o al menos nos olvidamos el chaparrón, porque del suelo emergió una figura que se presentaba entre acordes de piano y violín: “hola, soy yo”. Según ella, “una chica cualquiera de Londres”, que antes de concluir la primera canción de un concierto que duraría casi tres horas, caminaba llorando hacia el centro del escenario.

Para los diez conciertos de este mes de Adele en Munich han montado una pantalla única de 220 metros de largo por 30 de alto, así que en ese momento todos pudimos ver, como en un travelling descomunal, el primer plano de los ojos de Adele inundándose, y después cada lágrima surcando su rostro. Al rato no tuvo problemas en sincerarse. Era su primer concierto multitudinario en ocho años, después de cien actuaciones en Las Vegas ante un aforo máximo de 4000 personas. Estaba feliz, emocionada, agradecida… pero muy nerviosa.

El torrente de voz de Adele es comparable al de Ella Fitzgerald, Etta James, Aretha Franklin o Barbra Streisand, pero su manera de afrontar la presión del directo quizá sea distinta. Adele detiene el concierto cada tanto y comienza a hablar sin pudor de su angustia, de la ansiedad que le produce actuar ante tanta gente, de sus fobias y de sus miedos. Dice un taco cada tres palabras, y hace una broma cada dos frases. Al poco arranca con otro de sus temas icónicos y cambian las tornas. Es el público el que llora, o al menos una parte de él.

Ya digo que existen conexiones ciertamente sorprendentes. Al margen de citar a sus músicos, el único nombre propio que pronunció Adele en todo el concierto fue el de Simone Biles. Quiso alabar su desempeño en los Juegos de París, su trayectoria vital y el ejemplo de superación que supone para millones de personas. Casualidad o no, Adele fue abandonada por su padre cuando tenía dos años.

Admiro y envidio a partes iguales la capacidad de mujeres como Adele y Biles para exponer públicamente sus debilidades. Las afrontan de una manera tan valiente y honesta que terminan por convertirlas en fortalezas. Mientras tanto muchos hombres siguen, seguimos, ocultando la inseguridad, el miedo y el dolor, rodando silenciosos en la profundidad. Quizá a todos ellos, a nosotros, dedicó Adele su Rolling in the deep, la última canción de un concierto memorable.


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