A las 17:00 horas la participación ha sido del 59,39 por ciento, una diferencia de casi 20 puntos porcentuales por encima de la registrada hasta esta misma hora en los comicios de 2022 (un 39,4 por ciento), según los datos del Ministerio del Interior.
Ya a las 12.00 locales (10.00 GMT), cuando los colegios electorales llevaban abiertos cuatro horas en la Francia metropolitana, la participación era del 25,90 por cien, una cifra que no era tan alta en una primera vuelta de legislativas desde 1981, cuando llegó al 27,6 por ciento.
Si se compara con los comicios legislativos de 2022, los últimos que se celebraron en Francia, la brecha es más que significativa, ya que entonces al cabo de cuatro horas de votación había puesto su papeleta en la urna el 18,4 % de los electores.
En junio de 2022, cuando se cerraron los últimos colegios electorales a las 20.00 de la tarde, la tasa de participación se quedó en el 47,5 %. En 1981 votó el 70,65 % en la primera vuelta.
Otra prueba del gran interés que han suscitado estas elecciones son las demandas de voto por procuración, es decir para aquellos que no pueden o no quieren ir directamente a depositar su papeleta en la urna pero delegan esa misión en una persona de confianza para que lo haga por ellos.
Esta vez se han registrado 2,782 millones, lo que significa 3,9 veces más que en 2022, aunque en eso también ha influido el hecho de que la convocatoria se hiciera hace sólo tres semanas y de que coincide con el verano, cuando muchas personas han comenzado sus vacaciones y están desplazadas de su residencia habitual.