A Mallorca la han vendido todos los partidos políticos

Ayer, 10.000 personas se manifestaron en Palma, bajo el lema "Mallorca no se vende". Me pregunto quién vende y a quién se vende. Desde 2015, como periodista, me he cansado de denunciar al poder político por vender la isla al poder económico. Primero a los hoteleros y después a los ecologistas, Todo era vender y cobrarse el beneficio. Unos, el beneficio de los votos de los eco nacionalistas y después el beneficio de los contrarios a la izquierda. Todos han vendido Mallorca al mejor postor. Y por eso, ahora que el PP se siente culpable si no hace nada para parar esta locura, va y convoca a todos los que lo que hasta ahora han mirado hacia otro lado y han permitido vender Mallorca. Y no se acuerdan del primero que lo denunció. Fui de los primeros que advertimos de las consecuencias de la masificación y el rechazo de la ciudadanía. Pero ni el PSOE, ni el PP me hicieron caso. Y ahora todos dicen lo que yo dije en 2020. Hay que limitar, y empezar a decrecer. Me dicen los del PP, que me conocen, que yo ya estoy jubilado. Que los de ahora, no conocen a nadie con más de 40 años. Incluso algunos periodistas del PP me aconsejan que me calle, me quite de en medio y deje a los jóvenes que marquen el paso del futuro. Qué risa Marisa. Han tenido que morir cuatro personas, para que algunos se den cuenta del verdadero problema de Mallorca. Todo se ha hecho mal. Ya han muerto cuatro, pero morirán más. Porque nadie ha querido poner el cascabel al gato. Tenemos una excelente oferta de alojamiento y complementaria de ocio. Pero, no todo es lo que parece. Mucha de esa oferta es una mierda. Se lo dije a Margarita Nájera, cuando en 2008 la nombraron directora del proyecto de rehabilitación de la Playa de Palma. Y no me hizo caso. Se lo dije a Francina, y tampoco me hizo caso. No se lo he dicho a Prohens, porque su equipo no me ha dejado hablar con ella. Será porque les da miedo que le diga a la Jefa lo que hay detrás de todo esto. La playa de Palma es una bomba de relojería. Un día estallará y dejará más muertos que los últimos cuatro. Tanto la primera línea, como el Arenal de Llucmajor, es decir, la parte donde se ubicaron para vivir los trabajadores de la construcción y de la hostelería, la mayoría sindicados en la UGT, está montada sobre piedra de marés. Y esa estructura no soporta el peso que algunos empresarios venden como modernización de sus locales. Y eso es otra mierda. La mayoría de locales turísticos no cumplen con las actuales normas urbanísticas. Ya lo advirtió la Policía Local de Palma a los anteriores consistorios y ahora, al actual Alcalde Martínez. Media zona se caerá antes o después. Y mientras tanto, seguimos hablando de controlar las calles de los alemanes, pero consintiendo los locales de los mallorquines y en este caso, mallorquinas, que fuera de ordenación se llenan durante 8 meses al año con turistas. Y no quiero que piensen en los sótanos que se han habilitado como locales de copas y supermercados. Esa es otra historia para no dormir.